Un artículo publicado por la revista Science revela que nuestro cerebro y el de las ratas tienen una reacción en común: la risa que producen las cosquillas.
Según la publicación las ratas también son capaces de sentir este estímulo y reaccionar a él. Los científicos pudieron identificar lo que se ha denominado el “centro de cosquillas” en el cerebro de los mamíferos. De tal manera que, cuando esta región es estimulada, se provoca un “paroxismo de chillidos ultrasónicos, la versión en la rata de la risa humana”.
Según Shimpei Ishiyama, un neurocientífico de la Universidad Humboldt de Berlín y coautor del estudio, el primer paso fue acostumbrar a las ratas al proceso de las cosquillas. Un par de semanas las ratas se enfrentaron al hecho de que una mano gigante les hiciera cosquillas. Una vez concluido el entrenamiento, los investigadores insertaron electrodos en la corteza somatosensorial de los roedores (una región en el cerebro que está involucrada en el proceso de estos estímulos) para poder registrar la actividad neuronal durante las cosquillas.
También se dieron cuenta que las ratas sentían más, cuando el estímulo era en el estómago, un poco menos en la espalda y casi nulo en la cola.
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