El ecologista Van der Bellen gana las elecciones en Austria por 31.026 votos

El ecologista Alexander Van der Bellen ha ganado finalmente las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Austria, según han anunciado fuentes del ministerio del Interior,  imponiéndose al ultraderechista candidato del FPÖ, Norbert Hoferen tras el recuento del voto por correo. 

Hasta hace unas horas, Alexander Van Der Bellen, era el perdedor de las elecciones celebradas ayer domingo por el estrecho margen de 144.006 votos, que auparon a su rival, el candidato xenófobo y ultraderechista Norbert Hofer. Sin embargo, el recuento del voto por correo ha dado la vuelta al resultado al aupar Van Der Bellen como vencedor al conseguir 31.026 votos más que su contrincante. El ministro del Interior, Wolgang Sobotka ha confirmado Van der Bellen será el próximo jefe del Estado con un 50,3 por ciento (2.254.484) de los votos frente al 49,7 (2.223.458)  por ciento de Hofer.

Van der Bellen se presenta como independiente aunque su figura está ligada a Los Verdes, un partido a la izquierda de los socialdemócratas, y ha recibido el apoyo de numerosos intelectuales, artistas y figuras públicas para cerrar el paso a la ultraderecha. 

Por su parte, el candidato Norbert Hoferen ha publicado un mensaje en la red social Facebook donde ha reconocido "su derrota" y mostrado "su tristeza" por el resultado.  "Por supuesto, hoy estoy triste" y añadió que  "los esfuerzos desplegados en esta campaña no fueron en vano, sino que son una inversión para el futuro", añadió.

Europa respira aliviada con la victoria del candidato verde ya que temía el regreso de un movimiento de extrema derecha, precisamente en el país que vio nacer a Adolph Hitler. Su discurso a favor de una Austria para los austríacos, alimentado por el creciente desempleo y la crisis de refugiados, preocupaba a los presidentes de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, Jean-Claude Juncker y Martin Schulz, entre otros. 

La primera tarea del nuevo jefe de Estado, Alexander Van der Bellen,  será a unir un país divido y polarizado, tal y como demuestra el ajustado resultado electoral, donde el equivalente a la población de Arteixo ha decidido el futuro del corazón de Europa.