Muere Provenzano, el capo dei capi que "disparaba como un dios y tenía el cerebro de un pollo"

  • Su estilo como líder mafioso fue el de la extrema seguridad, desterrando móviles y otras comunicaciones electrónicas. 

    Alcanzó el poder en Cosa Nostra tras la detención de Totò Riina, el 15 de enero de 1993, y tras años en los que se creía que había muerto.

Provenzano, el capo mafioso que quiso ser insivisible
Provenzano, el capo mafioso que quiso ser insivisible
M.G.

Bernardo Provenzano, il capo dei capi de la Cosa Nostra, ha muerto en un hospital de Milán a los 83 años de edad, llevándose a la tumba muchos de los secretos de la organización mafiosa.

Detenido en el año 2006, fue durante 43 años el más misterioso de los capos de la mafia siciliana, y de él la Policía tenía poco más que un boceto dibujado gracias a testimonios orales. Su vida transcurría en cuevas y casas abandonadas.

Nacido en 1933 en la tristemente célebre Corleone, los suyos le conocían como 'zù Binu', o 'u tratturi' (el tractor), por su escasa inclinación a la negociación.

Su rostro, desconocido durante décadas, fue la sorpresa que deparó a toda Italia la brigada antimafiala mañana del 11 de abril de 2006. Era desconocido incluso para los soldados de su ejército mafioso, que durante años lo consideraron casi un fantasma.

Tras la captura de Totò Riina, el 15 de enero de 1993, Provenzano se hizo con las riendas de la Cosa Nostra, diezmada por las detenciones, y debilitado por los pentiti, los arrepentidos. 

Para evitar su captura Provenzano hizo su seña de identidad el uso del gobierno mafioso a través de órdenes escritas en trocitos de papel: Lu pizzinu en dialecto de Sicilia, Pizzini en italiano.

Con esos mensajitos, que pasaban de mano en mano entre soldados que no se conocían, logró Provenzano pasar años y décadas escondido en una isla como Sicilia, en entornos rastreados palmo a palmo por las autoridades italianas.

Su estilo como capo dei Capi fue el de la extrema seguridad, desterrando móviles y otras comunicaciones electrónicas. Todo lo que viaja en el aire, como las ondas, es rastreable. Pero al final terminó entre rejas.

Historial de sangre

El ascenso en la Cosa Nostra de Provenzano no obedeció a sus dotes intelectuales, sino a su tendencia a la violencia e historial de sangre.

Comenzó en los años cincuenta, cuando Provenzano, junto con Toto Riina y Calogero Bagarella se convirtió en el lugarteniente más fiel de Luciano Leggio, entonces líder indiscutible de la mafia de Corleone.

Su aterrizaje en la cúpula de la Cosa Nostra tuvo lugar entre finales de los años setenta y principios de los ochenta, tras haber sometido a todos los clanes y eliminado a sus oponentes a ráfagas de Kalashnikov."Dispara como un dios, y su pecado es que tiene el cerebro de un pollo"

El jefe Luciano Leggio fue capaz de definirlo a la perfección: "Dispara como un dios, y su pecado es que tiene el cerebro de un pollo".

Gioacchino Pennino, uno de los primeros mafiosos  arrepentidos, médico, ex concejal demócrata cristiano, antiguo hombre de honor de la cosca di Brancaccio, aseguraba que Provenzano siempre mantuvo un papel de protagonista absoluto dentro de la Cosa Nostra.

Para este arrepentido, Riina fue durante años jefe de la 'organización militar, pero Provenzano era el cerebro y estratega capaz de gestionar las relaciones con el complejo mundo de la política. 

Cuando en el año 1994 se rumoreaba que estaba muerto, el propio Provenzano envió una carta al Presidente del Tribunal Penal de Palermo para designar a sus abogados de confianza, en un juicio por asesinato que lo juzgaba en ausencia.

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