Las otras 'casas de los horrores' que han conmocionado al mundo

  • La casa de los horrores de Hoexter (Alemania)  no es un caso aislado.  Cleveland,  Amstetten o Viena han sido el escenario de atroces historias que tienen en común el secuestro y el abuso de sus víctimas. 

    A diferencia de lo ocurrido en Alemania, las víctimas de estos tres casos lograron escapar e intentar volver a la normalidad tras años de cautiverio. 

Elisabeth Fritzl, 24 años encerrada y violada por su padre
Elisabeth Fritzl, 24 años encerrada y violada por su padre
S.Campo

El mundo entero se ha despertado con una atroz noticia. Una pareja alemana torturó a varias mujeres hasta matarlas. Fueron quemadas y descuartizadas hasta la muerte, un escalofriante asesinato que ha tenido lugar en Hoexter, una pequeña localidad germana en la frontera de Baja Sajonia con Renania del Norte-Westfalia, que ya ha recibido el sobrenombre de 'casa de los horrores'. La policía trabaja con la certeza de que al menos dos mujeres fueron brutalmente asesinadas, pero no descarta que haya más víctimas. La de Hoexter no es la única casa de los horrores que nos ha dejado helados en los últimos tiempos. El monstruo de Cleveland o el monstruo de Amstetten son algunas de las más estremecedoras historias de los último años.La casa de las torturas en la que permanecieron tres mujeres secuestradas durante diez años

Hace tres años la vida empezó de nuevo para las tres jóvenes que fueron secuestrados durante una década. En el sótano de la casa del del puertorriqueño Ariel Castro fueron retenidas Amanda Berry, Gina DeJesús y Michelle Knight desde el año 2002. En ese entonces tenían 17, 14 y 21 años, respectivamente. El sujeto aparentaba ser un trabajador cualquiera de Ohio. Como consecuencia de las violaciones a sus secuestradas, Ariel Castro resultó ser padre de la hija de Amanda Berry. La menor también fue obligada al encierro. Las tres jóvenes permanecieron encadenadas y sufrieron abusos sexuales. Según contaron las víctimas, al ser liberadas, cuando alguna se quedaba embarazada, su carcelero Castro les pateaba su vientre intentando provocar el aborto. En mayo de 2013, una llamada al teléfono de emergencias, realizada por una de las prisioneras, les devolvió la libertad y la vida.El monstruo que secuestró a su hija durante 24 años

Otra terrible historia que conmocionó al mundo fue la del monstruo de Amstetten, un hombre en Austria que encerró en un sótano durante 24 años a su hija, y abusó sexualmente de ella todo el tiempo que la tuvo en cautiverio. Producto de las violaciones nacieron siete hijos. Josef Fritzl había mantenido encerrada a su hija Elisabeth durante 24 años en un zulo construido por él mismo en el sótano de su casa, y no sólo eso, sino que había tenido seis hijos con ella más uno que murió a las pocas horas de nacer. La pequeña localidad austríaca, de tan sólo 23.000 habitantes, se conviertió entonces en un inmenso plató que acapara la atención de todo el mundo. El hombre la encierra en el zulo que llevaba construyendo desde hacía 6 años, un espacio de 30 metros cuadrados con cocina, baño y dormitorio en el que, al menos durante el primer año, la mantiene atada, con una cuerda que le da justo para ir al baño.

Fritzl aseguró que Elisabeth se había ido de casa voluntariamente. Así, hasta el 26 de abril de 2008, cuando todo salió a la luz y fue detenido y condenado a cadena perpetua en un juicio en el que no mostró un ápice de remordimiento.Natasha Kampush secuestrada con diez años

En uno de los casos más notorios de secuestro. El ingeniero de telecomunicaciones desempleado Wolfgang Priklopil raptó a Natasha Kampusch de una calle en Viena y la metió en una furgoneta el 2 de marzo de 1998. Después encerró a la niña de 10 años en una habitación subterránea de menos de seis metros cuadrados que había construido debajo del garaje de su casa en las cercanías de Strasshof. Le dijo a Kampusch que las puertas y ventanas de su calabozo eran trampas explosivas y que su familia se había olvidado de ella. Durante los años siguientes, Priklopil la golpeó varias veces, le dio muy poco de comer y abusó de ella una vez que llegó a la pubertad. Arovechando un lapsus momentáneo de atención de Priklopil, que estaba hablando por su teléfono móvil sobre la venta de la misma furgoneta blanca con que había secuestrado a Kampusch, la joven se escapó un día de veranos de 2006. Priklopil se suicidó arrojándose debajo de un tren de cercanías el mismo día.

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