Los estremecedores testimonios de los supervivientes de la avalancha en Colombia

  • La riada, que se llevó por delante casas, coches y árboles mientras los residentes dormían en sus camas, ha provocado hasta al menos 250, según el último balance del presidente Juan Manuel Santos.

    La angustia de los familiares que residen en ciudades colombianas aumenta porque no hay comunicación con sus seres queridos.

    FOTOGALERÍA: Colombia busca desesperadamente supervivientes

Nadie recuerda algo igual. La avalancha, que ocurrió el viernes por la noche en Mocoa, cerca de la frontera con Ecuador, suma ya más de 250 desaparecidos y numerosos desperfectos en la zona, según ha informado el presidente colombiano Juan Manuel Santos en su cuenta de twitter.Me informan que desgraciadamente la cifra de muertos subió a 254. Nuestras oraciones están con ellos y sus familias #MocoaSomosTodos2014 Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 3 de abril de 2017

Todo ocurrió muy rápido. En la medianoche del viernes, la región de Mocoa ya estaba completamente inundada, posteriormente se registraron las mortales avalanchas que se tragaron, literalmente, a los habitantes de esta región.

A Octavio Hernández la tragedia lo sorprendió durmiendo. Apenas cinco horas antes había llegado a Mocoa en un bus. Estaba cansado tras una intensa semana de trabajo. Llegó a su casa, situada en el barrio San Miguel, cenó y se acostó a dormir. A las 11:45, casi ya en la medianoche, el grito de Mercedes, su vecina, pidiendo auxilio porque no encontraba a su hijo de cinco años, lo despertó de golpe. No entendí qué pasaba, estaba oscuro, la gente corría de aquí para allá. Salí corriendo como todos.

Alberto Cifuentes, otro residente de Mocoa explica en El Espectador que me iba a tomar una cerveza pero me arrepentí. Un muchacho en bicicleta dijo que el clima estaba para encerrarse a ver televisión. Eso hice y fue lo que me salvó. Cuando las aguas nos sorprendieron alcancé a sacar a mi mujer y a mis dos hijos por la carrera hacia arriba. Unas horas después, este habitante, de profesión albañil, no encontró su casa, únicamente un montón de barro, mezclado con palos y tejas destartaladas. Al menos sobrevivió. Bueno, al menos estamos vivos. Por ahí escuché a una vecina que no encuentra a su hijo de cinco años. Ahora, ¿en dónde vamos a vivir?, cuenta a este diario colombiano.Autos volcados y casas sepultadas por el lodo: Este es el panorama de Mocoa tras el paso de la avalancha https://t.co/RSu6cEFjWM pic.twitter.com/ARWrSVeOJ92014 NTN24 (@NTN24) 2 de abril de 2017

Rosamina Fernández, reside en otro barrio castigado por la avalancha. Se encontraba tejiendo una blusa para su nieta cuando, de repente, la electricidad dejó de funcionar. Decidió ir a la casa de su otra nieta y eso fue lo que salvó: Quedé sin media casa, pero estoy viva, relata.'Vomité barro, estornudé barro...hasta que volví a respirar otra vez'

'Estaba muriendo por falta de aire, ¿qué hice?, me metí el dedo a la boca, vomité harto barro, me seguí metiendo el dedo a la boca, vomité más barro. Estornudaba barro, todo era barro, hasta que pude volver a respirar otra vez', contó Carlos Acosta a la AFP, en un refugio donde se recupera de decenas de cortadas y golpes. La noche del viernes, este hombre de 25 años dormía con su hijo Camilo de tres años a su lado, cuando de pronto despertó porque el agua inundaba con fuerza su casa. 'Alcancé a coger a mi bebé del brazo, pero nos arrastró el agua y luego me golpearon mucho las piedras', contó. Quedó inconsciente y cuando volvió en sí, no había rastro del niño. Carlos pudo abrazarse a un palo y salvar su vida. Pero el lodo se llevó a su pequeño.'Cayeron piedras del tamaño de casas'

El lodo afectó a 17 barrios. Otros dos desaparecieron. En algunos barrios cayeron piedras del tamaño de casas, describió la gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca. Los barrios populares de San Miguel y La Independencia quedaron destruidos. Es una tragedia. Nadie lo esperaba. Por las fuertes lluvias colapsaron todas las quebradas y los ríos que circundan a Mocoa, cuenta en LaRepublica.'La tierra rugía'

Anoche la tierra rugía, eso fue lo que más nos asustó y espantó. La gente corría calle arriba y calle abajo, otros gritaban, corrían desesperados pidiendo auxilio. Me salvé porque estaba alojada en el hotel Cawani, que está en la zona alta de Mocoa. Emocionalmente estoy muy mal, esto es horrible. Tanto dolor y devastación. Así describe en el diario El Tiempo, la periodista Milsen González, la tragedia que le sorprendió este fin de semana.

Fanny Ortega, otra mujer, ruega oraciones por las familias afectadas por tanto dolor, por los familiares perdidos y otras que quedaron en total desamparo. Lo único que les pido es que por favor oren por nosotros, sigue lloviendo, es muy trágico lo que aquí está pasando, ver cómo sacan a los niños muertos, cuenta la afligida mujer y dice que el barrio La Independencia casi desapareció del pueblo. Y no para de pedir que no llueva más, en el hospital está llegando mucha gente herida, se necesita de todo.

El terror se apoderó de Mocoa, la capital del Putumayo, por la furia desatada por la creciente de los ríos Mulato, Sangoyaco y Mocoa, afluentes que rodean y cruzan este poblado anclado en medio de la selva. No dormí en toda la noche porque después de las imágenes de carros arrastrados por las corrientes, empezaron a llegar angustiosos mensajes de voz gritando, pidiendo ayuda...al fondo se escuchaba el 2018rugir2019 de la corriente, era algo espantoso porque uno no podía hacer nada, solo escuchar esos desesperados llamados, luego fue más horrible porque la energía se fue allá y los celulares empezaron a descargarse, perdiéndose la comunicación por completo, cuenta en el diario Colombiano, Carolina Mojana.

En estos momentos, dos días después de la tragedia, la angustia de los familiares que residen en ciudades colombianas aumenta porque no hay comunicación con sus seres queridos. La planta que suministraba energía a este poblado está en ruinas. No hay forma de cargas los teléfonos móviles ni contactar con quienes tratan de sobrevivir. Ayúdenos a difundir la información de nuestros familiares, me llamo Nicol Quintero, que si ellos me escuchan que se comuniquen conmigo porque de acá para allá no hay nada de señal. Ellos se llaman Johann Quintero, Marcos Quintero... no sé nada de ellos, cuenta angustiado este hombre que busca desesperadamente a sus seres queridos.

Cientos de personas vagan sin descanso por las calles de lo que queda de Mocoa buscando noticias de sus seres queridos a los que no logran encontrar. Es el caso de María, que ha perdido a sus dos hijas y a una nieta. 'Lo que yo le pido a todo el mundo, a toda la sociedad, es que necesito ayuda para ver si, así sea vivas o muertas.. quiero verlas...' Todos quieran evitar que el nombre de las personas que buscan esté en el listado de fallecidos. Muchos han quedado traumatizados por lo que han vivido, y para otros lo fundamental es no haber perdido a nadie.'Gracias a Dios lo material se recupera, gracias a Dios en la familia estamos todos vivos', afirman.

S.Campo
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