El rey belga inicia ronda de consultas antes de decidir sobre la crisis de gobierno

El rey Alberto II de Bélgica inició ayer una ronda de consultas con los líderes políticos del país antes de tomar una decisión sobre la dimisión que le presentó ayer el primer ministro, el democristiano Yves Leterme, tras la salida del Gobierno de coalición de los liberales flamencos.

Con la salida del Open VLD de la coalición de Gobierno de cinco partidos, el Ejecutivo mantenía una justa mayoría parlamentaria pero se rompía el equilibrio entre las comunidades, ya que la formación flamenca de Leterme quedaría sola con tres grupos valones.

Tras recibir a Leterme en el castillo de Laeken, Alberto II se reunió con el presidente de la Cámara de los Diputados, el liberal flamenco Patrick Dewael, según fuentes de la casa real belga, que confirmaron a Europa Press que los contactos continuaron a lo largo de la tarde, pero evitaron concretar quiénes comparecieron ante el monarca ni si los contactos continuarán hoy.

Sin embargo, medios belgas citan fuentes parlamentarias para asegurar que los contactos se extenderán hasta hoy e incluso que podrían llevar "varios días". El presidente del Senado, Armand de Decker, ha sido el siguiente en llegar al castillo de Laeken y está previsto que le sigan los líderes de los distintos partidos políticos.

Las tensiones entre francófonos y neerlandófonos por los derechos lingüísticos de un distrito electoral de las afueras de Bruselas, Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), es la disputa no resuelta desde hace décadas que ha desencadenado la crisis.

Los liberales flamencos dieron un ultimátum para que esta cuestión se votara en la Cámara de Diputados este mismo jueves, mientras que los diputados valones demandaban más tiempo para negociar.

Así las cosas, mientras el rey medita si aceptar o no la dimisión del primer ministro, en el Parlamento belga continúan las negociaciones para decidir si se incluye o no en este pleno la votación sobre el distrito BHV. Estas conversaciones mantienen bloqueada el inicio de una sesión en la que, entre otras cuestiones, estaba prevista la aprobación de una ley para prohibir el uso del velo islámico integral (burka o niqab) en espacios públicos, y que quedaría aplazada.

Los partidos valones, que rechazan de plano votar la escisión de BHV y piden prorrogar las negociaciones, buscan apoyos para activar un 'procedimiento de alarma' que interrumpiría la actividad legislativa y obligaría a iniciar negociaciones. Para activar este tipo de moción es necesario reunir tres cuartas partes de los votos de una de las comunidades lingüísticas.