Erdogan y Estado Islámico en la lista de depredadores de la libertad de prensa

  • Son 35 jefes de Estado, líderes religiosos, milicias y organizaciones criminales que censuran, encarcelan, torturan o asesinan a periodistas. 
Erdogan, Estado Islámico y Al Sisi entran en la lista de depredadores de la libertad de prensa de RSF
Erdogan, Estado Islámico y Al Sisi entran en la lista de depredadores de la libertad de prensa de RSF

De Singapur a Tailandia, pasando por Cuba, Eritrea, Burundi, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, muchos de los depredadores de la prensa siguen siendo jefes de Estado o de gobierno.

Algunos torturan y asesinan valiéndose de sus brazos armados, otros llevan a cabo detenciones masivas o arbitrarias, mientras que los más usan métodos indirectos: se valen de leyes antiterroristas, del delito de lesa majestad, o se sirven de la asfixia financiera.

Muchos son viejos conocidos pero otros entran en esta lista por primera vez tras detectarse el aumento de medidas represivas contra la población y los medios de comunicación.

Erdogan entra con fuerza en la lista de represores

Entre los nuevos integrantes de la lista, que publica Reporteros sin Fronteras con ocasión del Día Mundial contra la impunidad de los Crímenes contra Periodistas, se encuentra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien controla ahora los principales grupos de prensa del país. El estado de emergencia instaurado precipitadamente en julio 2016 tras el fallido golpe de Estado le dio la ocasión para detener a más de 200 periodistas y cerrar más de 100 medios: diarios, revistas, televisiones y radios. Al Sisi gobierna en Egipto con mano de hierro 

Otro amante de las redadas masivas y de las detenciones arbitrarias es el presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, que ascendió al poder en 2014, tras el golpe de Estado militar del 3 de julio de 2013. El régimen persigue cualquiera que tenga relación, estrecha o lejana, con los Hermanos Musulmanes.

Maduro somete a los medios con despidos y cierres

En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro tiene sus propias artimañas para someter a los medios de comunicación: sus amigos han comprado medios como el diario El Universal y el canal Globovisión, lo que desencadenó una ola de despidos y renuncias. Además, el presidente se sirve de la escasez de papel, orquestada astutamente, para reducir la circulación de la prensa escrita, y ha usado una ley que criminaliza cualquier contenido que “cuestione a la autoridad constituida legítimamente”.

Malén Aznárez, presidenta de Reporteros Sin Fronteras España, en declaraciones a www.lainformacion.com, subraya que "llevamos años alertando del retroceso de la libertad de información en países como Venezuela o Turquía, entre otros muchos. El cierre de medios, las detenciones de periodistas, los malos tratos a reporteros mientras cubren manifestaciones, las expulsiones de periodistas extranjeros, las leyes absurdas utilizadas como armas contra la prensa o la larga mano de los gobiernos tomando el control de los medios de comunicación son prácticas execrables, por desgracia muy comunes en estos países”. 

Precisamente, la publicación de este informe coincide con la negativa del gobierno de Maduro a permitir la entrada en el país a un equipo de RTVE que había volado al país para cubrir el inicio de las negociaciones entre el Gobierno y la oposición, así como de la manifestación opositora del próximo jueves. Al final la presión internacional permitió al equipo de RTVE entrar en el país, pero la prohibición fue dantesca.

El EI secuestra y asesina a periodistas

En lo que respecta a los extremistas religiosos, el grupo Estado Islámico no se detiene ante nada para sembrar el terror: secuestra y asesina a los periodistas que no le juran lealtad. En la lista también se encuentra Ansarullah Bangla Team, movimiento extremista islamista de Bangladesh que publica en Facebook nombres de blasfemos –blogueros laicos y pensadores libres– e incita a asesinarlos. En Afganistán y Pakistán, los talibanes no han renunciado a su barbarie mortífera. Las zonas que controlan son agujeros negros de la información, donde el trabajo periodístico es imposible.

Tailandia, Burundi, Arabia Saudí o México en la lista de depredadores de prensa

En la misma línea, el primer ministro de Tailandia y jefe de la junta militar, Prayut Chan-Ocha, amordaza a periodistas, medios de comunicación y blogueros, además de a artistas, intelectuales, universitarios y miembros de la oposición política desde que se instauró la ley marcial, en mayo de 2014.

En Burundi, el presidente de la República, Pierre Nkurunziza, emprendió en 2015 una intensa campaña de represión contra los medios de comunicación, comenzando por aquellos que cubrieron el intento de golpe de Estado organizado por detractores del presidente que se oponían a su intención de reelegirse, algo que infringía la Constitución. La represión adopta todo tipo de formas: acoso judicial, encarcelamientos arbitrarios, prohibición de difusión o de publicación, palizas, tortura, desapariciones...

En Arabia Saudí, el rey Salman bin Abdulaziz al Saud sucedió a su hermano Abdullah, y ostenta la herencia de una dinastía que desde siempre ha sido hostil a la libertad de prensa.

En México, han sido detenidos varios líderes de Los Zetas, pero el sanguinario cártel continúa con su campaña de terror con asesinatos, secuestros y actos de barbarie.

Algunos depredadores han desaparecido desde 2013, bien porque ya no están en el poder –como es el caso de Mahinda Rajapaksa en Sri Lanka–, bien porque murieron –como Islam Karimov y el mulá Mohamed Omar–, o porque dan menos de qué hablar.

Entre ellos está los grupos rebeldes y paramilitares de Colombia: el acuerdo de paz firmado en septiembre de 2016 entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque haya sido rechazado en el referéndum, permite esperar días más tranquilos para los periodistas en el país.

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