10 mensajes viejos y nuevos del papa Francisco para reflexionar en Pascua

  • El papa Francisco unió en su discurso de Pascua de Resurrección sus viejas reivindicaciones a otras nuevas que impone la situación internacional.

    Exige que los países mediterráneos de Europa entiendan la urgencia de ayudar a los refugiados, y que se tengan presentes las víctimas del terrorismo en África.

En la imagen el papa Francisco
En la imagen el papa Francisco

El papa Francisco ha lanzado un grito de auxilio en nombre de los millones de personas en el mundo que experimentan el dolor de la guerra, el odio o la marginación.

En el discurso que precedió a la tradicional bendición ‘urbi et orbi’, Francisco unió sus viejos objetivos tradicionales a otros nuevos que impone la situación internacional.1. La misericordia salva al hombre.

En línea con el leivmotiv del año de la Misericordia que comenzó el pasado 8 de diciembre, el Papa insiste en la fuerza de la compasión como restauradora del ser humano: “Ante las simas espirituales y morales de la humanidad, ante al vacío que se crea en el corazón y que provoca odio y muerte, solamente una infinita misericordia puede darnos la salvación”.2. El mundo sigue sufriendo de manera indecible.

Francisco pide al mundo que no pierda su capacidad de horrorizarse ante las tragedias que día tras días sobrevuelan los informativos. Se refiere a todo tipo de violencia, dentro de las sociedades, entre distintos países o incluso en el mismo hogar: “El mundo está lleno de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, mientras que las crónicas diarias están repletas de informes sobre delitos brutales, que a menudo se cometen en el ámbito doméstico, y de conflictos armados a gran escala que someten a poblaciones enteras a pruebas indecibles”.3. Siria, como ejemplo de la destrucción internacional.

La guerra de Siria sigue golpeando el corazón del Romano Pontífice, que resalta en su discurso el reguero de muerte y destrucción que ha dejado a su paso en los últimos cinco años. Por este motivo, levanta la llama de la esperanza ante “las conversaciones en curso, para que, con la buena voluntad de cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción de una ciudad fraterna”.

También cita conflictos africanos más olvidados para la gran mayoría de los países, pero no para el Papa, como los de “Burundi, Mozambique, la República Democrática del Congo y en el Sudán del Sur, lacerados por tensiones políticas y sociales”.4. Los países mediterráneos deben ayudarse entre sí y a Oriente Medio.

Europa no puede volver la cabeza ante el drama cotidiano que sacude sus costas. Tampoco puede limitarse al rescate y cuidado material de miles de seres humanos mientras dura su periodo de devolución a sus países de origen. Francisco pide a Europa que reblandezca su corazón en la próxima Cumbre Mundial Humanitaria, y “que el mensaje de vida, proclamado por el ángel junto a la piedra removida del sepulcro, aleje la dureza de nuestro corazón y promueva un intercambio fecundo entre pueblos y culturas en las zonas de la cuenca del Mediterráneo y de Medio Oriente, en particular en Irak, Yemen y Libia”.5. Un clásico: no romper el diálogo entre palestinos e israelíes.

Cualquier servicio diplomático, y el Vaticano se encuentra entre los más mejores del mundo, sabe que el conflicto palestino-israelí se encuentra en el centro de la tensión de muchos otros. Por eso no han faltado palabras del Papa para respaldar cualquier tipo de diálogo que “fomente la convivencia entre palestinos e israelíes en Tierra Santa, así como la disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de trabajar en la construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a través de negociaciones directas y sinceras”.6. Recordar que las víctimas del terrorismo no son solo europeas, sino también africanas.

Francisco ha mostrado especial sensibilidad con las víctimas del terrorismo que no gozan del deber de conmiseración del resto del mundo. Entre estas últimas se encuentran, sobre todo, las producidas en países africanos. Sin dejar de mencionar los atentados terribles y recientes perpetrados en Bélgica, pide a Jesucristo que “avive en esta fiesta de Pascua nuestra cercanía a las víctimas del terrorismo, esa forma ciega y brutal de violencia que no cesa de derramar sangre inocente en diferentes partes del mundo, como ha ocurrido en los recientes atentados en Bélgica, Turquía, Nigeria, Chad, Camerún y Costa de Marfil”.7. La cultura del encuentro en Ucrania y Venezuela: liberar a los presos.

El Papa no olvida a los países que atraviesan complicadas dificultades internas, y cita específicamente el caso de Venezuela y Ucrania, dos focos de tensión internacional en permanente peligro de estallido. El Pontífice pide restañar las heridas, “inspirando y apoyando también las iniciativas de ayuda humanitaria, incluida la de liberar a las personas detenidas”. Esto último se interpreta como un espaldarazo claro a los reclamos de liberación de opositores políticos, como Leopoldo López.8. La misericordia debe extenderse al cuidado del Medio Ambiente.

El pregón Pascual, que se lee en todas las misas que celebran la resurrección de Cristo, pide que “goce también la tierra, inundada de tanta claridad”. Francisco cita estas palabras para recordar la necesidad del respeto a la tierra, “aunque sea tan maltratada y vilipendiada por una explotación ávida de ganancias, que altera el equilibrio de la naturaleza. Pienso en particular a las zonas afectadas por los efectos del cambio climático, que en ocasiones provoca sequía o inundaciones, con las consiguientes crisis alimentarias en diferentes partes del planeta”.9. Siguen existiendo mártires por la fe.

La historia del cristianismo, especialmente en sus primeros siglos de existencia, ha estado jalonada por el ejemplo de los mártires, que llevaron el compromiso con la fe hasta sus últimas consecuencias. Todavía hoy, en varias partes del mundo, hombres y mujeres pierden su vida por causa de su fe. “Con nuestros hermanos y hermanas perseguidos por la fe y por su fidelidad al nombre de Cristo, y ante el mal que parece prevalecer en la vida de tantas personas, volvamos a escuchar las palabras consoladoras del Señor: No tengáis miedo. ¡Yo he vencido al mundo!”.10. No a la 'cultura del descarte'.

Ha sido uno de los mensajes constantes de Francisco desde el inicio de su Pontificado. Hay detener esa tendencia a apartar de las grandes decisiones mundiales a los viejos que, “abrumados por la sociedad sienten perder el vigor”; y a los jóvenes, “a quienes parece faltarles el futuro”. Es decir, a esos “a quienes en nuestras sociedades han perdido toda esperanza y el gusto de vivir”.

Sigue @martinalgarra//

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