¿Por qué los homenajes en el templo Yasukuni irritan a China y Corea del Sur?

    • China y Corea del Sur así como otros países víctimas de la agresión militar japonesa durante el siglo XX consideran que el templo de Yasukini es un símbolo del militarismo japonés
Parlamentarios japoneses visitan el criticado santuario de Yasukuni
Parlamentarios japoneses visitan el criticado santuario de Yasukuni

China, Corea del Sur, Taiwán y otros países víctimas de la agresión militar japonesa durante el siglo XX considera que el templo de Yasukini es un símbolo del militarismo japonés y epicentro del nacionalismo japonés.

El templo de Yasukuni alberga los espíritus, representados con sus nombres, de 2.466.532 soldados japoneses y coloniales (27.863 coreanos y 21.181 taiwaneses) muertos en los conflictos bélicos en los que participó Japón en el pasado. Pero además, en sus paredes están escritos los nombres de 14 altos militares que tras la II Guerra Mundial fueron juzgados y hallados culpables de crímenes de guerra.

Estos 14 oficiales del Ejército de Japón son el motivo de la discordia. En octubre de 1978, se decidió venerar a estos criminales como "Mártires de Showa". Este homenaje a los criminales se hizo bajo medidas de discreción hasta que la noticia saltó a los medios de comunicación. De ahí, que muchas voces se opongan a que se celebren homenajes en el santuario.

Otro de los motivos por los que genera tensión entre sus países vecinos está relacionado con unos comentarios poco apropiados en los folletos y en la página web del santuario. Así un folleto del santuario reza "la guerra es algo verdaderamente deplorable pero fue necesaria para que pudiésemos preservar la independencia del Japón y para prosperar junto a nuestros vecinos asiáticos"

El folleto arriba mencionado sostiene que "algunas de las 1.068 personas que fueron erróneamente acusadas de ser criminales de guerra por el tribunal aliado se veneran aquí." La versión inglesa de la página web del santuario se refiere a estas 1.068 personas como "aquellos que fueron enjuiciados cruel e injustamente como criminales de guerra por un tribunal de pantomima de las Fuerzas Aliadas".

A raíz del escándalo de los criminales de guerra producido en 1979, el Emperador Hirohito dejó de visitar el santuario y se ha mantenido en esa línea desde entonces. Sin embargo, existen sectores de la sociedad japonesa que abogan públicamente por las visitas del Emperador al santuario.

Hasta la fecha, eran los primeros ministros japoneses que han visitado el templo: Yasuhiro Nakasone en 1985, Ryutaro Hashimoto en 1996, y principalmente Jun'ichirō Koizumi, que entre el 2001 y el 2006 lo visitó seis veces. Ahora la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe vuelva a reavivar la polémica, coincidiendo con la reinterpretación de la constitución pacifista japonesa.

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