Los posibles escenarios que pueden determinar la caída de Dilma Rousseff

  • Tras la decisión de una comisión parlamentaria brasileña, que recomendó abrir un juicio de destitución de la presidenta, hay tres caminos que decretarían el fin de su mandato.

    El 'impeachment', nuevas elecciones o su renuncia son las opciones, aunque la líder del Partido de los Trabajadores aspira a un 'milagro' para mantenerse en el poder.

Dilma Rousseff.
Dilma Rousseff.
Diego Caldentey

La gestión de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff tambalea como nunca antes. La primera mandataria se asoma al abismo político, tras la decisión del Congreso del país sudamericano, que acaba de votar a favor de su destitución. Ahora ha comenzado una verdadera cuenta atrás, que puede significar un escenario de incertidumbre no solo en el país, sino con consecuencias inevitables para toda la región, al tratarse nada menos de una nación estratégica en Sudamérica, y de uno de los territorios emergentes con mayor peso a nivel global.

A partir de este momento, hay tres escenarios claves que pueden provocar la caída de Rousseff. Éstos son:Juicio político

El primero es el denominado proceso de 'impeachment' (juicio político). Aquí la batalla se libra en el Congreso. Una comisión parlamentaria brasileña ha recomendado este lunes abrir un trámite de destitución de la presidenta. Esta decisión deberá ser ratificada por la Cámara de diputados en los próximos días.

Esa comisión especial de juicio político ya ha de emitido un parecer sobre los fundamentos a favor del proceso de impeachment de Dilma Rousseff. Esgrime un "crimen de responsabilidad"  de la líder del Partido de los Trabajadores, ya que se la acusa de fraguar cuentas públicas para esconder el déficit en su primer mandato y el año pasado. Pero además sobre Dilma pesa una gigantesca sospecha de corrupción, ya que el escándalo de los sobornos en la megacausa Petrobras se cierne sobre ella y sobre Lula Da Silva.

Una vez notificada de la apertura del proceso, si la Cámara de Diputados convalida la decisión por una mayoría de dos tercios, y luego el Senado la ratifica, Rousseff sería separada de su cargo por un plazo máximo de 180 días, en espera de que la cámara alta dé su fallo definitivo.

En ese lapso dispondrá de diez sesiones en el Parlamento para presentar su defensa. Luego, la comisión tendrá otras cinco sesiones de debate e inmediatamente después tendrá que someter a votación del plenario su parecer. Mientras es apartada de su cargo, el vicepresidente, Michel Temer, (PMDB) asumiría temporalmente el poder.Nuevas elecciones  

En el ámbito de la Justicia también se juega gran parte del futuro de Rousseff. El Tribunal Superior Electoral (TSE) investiga denuncias por supuestos abusos económicos y políticos del gobierno en la campaña para la reelección en 2014. Uno de los motivos de mayor peso para activar esta vía que podría alejar a la mujer de Brasilia sería precisamente Petrobras.

No hay plazos concretos para que el TSE se expida al respecto, pero si el fallo es adverso no solo alcanzaría a Rousseff, sino también al propio Temer, el referente del otro partido que compone la coalición de Gobierno. En este caso, el mandato de ambos sería inmediatamente anulado y el Gobierno brasileño quedaría acéfalo.

Como establece la Constitución de aquel país, en ese hipotético caso tomaría las riendas del Poder Ejecutivo el presidente de la Cámara de Diputados. Pero su mandato resultaría transitorio, ya que debe convocar a nuevos comicios en un plazo máximo de 90 días, para designar un sucesor presidencial. Si la anulación ocurriera antes de la mitad del mandato (es decir, el 31 de diciembre de este año), se convocaría a comicios abiertos; si fuera después de ese plazo, el sucesor sería elegido indirectamente, entre los miembros del Congreso.Renuncia

Esta opción que puede acabar con el mandato de Rousseff no se descarta en absoluto. Sería la salida institucional menos traumática, según la opinión mayoritaria de los analistas políticos en Brasil. Si Dilma renuncia, obligaría a agilizar los trámites de procedimiento de un sucesor.

Por otra parte, descomprimiría el clima casi irrespirable que se vive hoy en las calles de Brasil, inmerso en una espiral de tensión entre los seguidores de la presidenta y de los millones de ciudadanos que la defenestran. 

Si Dilma se aparta del cargo voluntariamente, Temer continuaría el mandato y formaría presumiblemente un Gobierno de unidad nacional para atravesar la emergencia. En ese espacio estarían representadas las voces más heterogéneas, en busca del consenso, hasta sentar las bases que propicien un nuevo rumbo como país. Fernando Collor de Mello, en 1992, hizo exactamente lo mismo, cuando acorralado por un juicio político que avanzaba en el Congreso, abandonó por decisión propia el cargo.Temer ya ensaya el discurso de toma de posesión

Los medios brasileños ayer difundieron un audio en el cual se oye a Temer ensayando ya un discurso a la nación para la toma de posesión, como si la partida de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) fuese ya una mera formalidad.

El PT denunció "un golpismo descarado" y el diputado Silvio Costa acusó a Temer de ser "el mayor traidor de la historia de Brasil".

El gobierno daba por perdida la votación en esa instancia, aunque está decidido a librar la gran batalla en la Cámara baja, para impedir que los partidarios del impeachment obtengan los 342 votos (de un total de 513) necesarios para dar seguimiento al proceso.El discurso habla de "pacificación" y "reunificación" de las fuerzas políticas y, aunque reconoce que son palabras "provisionales", afirma que su toma de posesión se debe a una decisión del Parlamento en "votación significativa"."Hoy ha quedado claro que existen dos jefes del golpe (de Estado), que actúan en conjunto y de forma premeditada", ha dicho Rousseff durante un acto oficial en alusión a Temer y al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, impulsor del juicio político.Para Rousseff, "si cabía alguna duda sobre el golpe, sobre la traición en curso, ya no la hay". "No sé quién es el director, pero uno de ellos es la mano --no tan invisible-- que conduce el 'impeachment', y otro se mancha las manos", ha señalado.Además, ha destacado que "hoy ha quedado desmontada con desfachatez la farsa de las filtraciones" a la prensa, sosteniendo que Temer y Cunha han urdido una "conspiración" en la que ahora trabajan "a la luz del día para desestabilizar a una presidenta legítimamente elegida".A este respecto, ha adelantado que en los próximos días habrá más filtraciones para dañar su imagen. "Que todos estén atentos y vigilantes porque intentarán de todo: nos intimidarán, nos echarán a las calles", ha alertado a sus seguidores, a quienes ha pedido "unidad".Rousseff ha confiado en que "no triunfará el odio". "Que no se constituya el odio como una forma de hacer política, porque el odio es amenaza y persecución de personas", ha recalcado, recordando los tiempos de la dictadura militar, según informa el Palacio de Planalto.La comisión especial --grupo de trabajo parlamentario-- ha votado este martes a favor de celebrar un 'impeachment' contra Rousseff por maquillar los presupuestos de 2014 para ocultar el aumento del gasto público en plena campaña electoral.El pleno de la Cámara de Diputados votará este domingo sobre la posición adoptada por la comisión especial y, en el caso de que la respalde, el caso pasará al Senado, que podría ordenar la celebración de un juicio político contra Rousseff.

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