Proyecto Varela: la lucha por el derecho a tener derechos en Cuba

  • Con la muerte del líder de este proyecto de la disidencia cubana, Oswaldo Payá, el movimiento nacido hace más de una década para promover la transición en Cuba tendrá que buscar un nuevo dirigente. Pero tiene la fuerza que le proporciona el apoyo de al menos 25.000 ciudadanos.

Cuba concede la libertad provisional a un preso político
Cuba concede la libertad provisional a un preso político
María Sorribes Catret

El mérito de un proyecto de libertad que nació hace algo más de diez años es que, incluso dentro del propio régimen de los Castro, es un movimiento legal.

Pero el Proyecto Varela defiende que mientras en Cuba no haya respeto a los derechos humanos, o los cubanos estén apartados de la economía y cualquier iniciativa de negocio, mientras no haya libertad de expresión, o de asociación, o de reunión, mientras haya un solo preso político en la cárcel, estará vigente "su lucha". Pacífica, siempre, subrayan sus promotores.

En mayo de este año se cumplieron diez años desde que el ahora fallecido Oswaldo Payá tuvo un sueño con un eslogan muy claro: comenzar un proceso desde la ley a la ley.

Así nació el Proyecto Varela, un grupo de ciudadanos cubanos liderados por Payá que, haciendo uso de los derechos que la Constitución les reconoce, propone reformas políticas para favorecer las libertades individuales de Cuba.

Al principio fueron pocos. Pero hoy, 25.000 firmas ciudadanas respaldan el movimiento.

Lograr la democracia mediante una ley del régimen

Su lucha más inmediata, y donde encauzan sus mayores esfuerzos, es lograr que se cumpla el artículo 88 G de la Constitución. Una cláusula que permite a los ciudadanos proponer leyes si 10.000 electores registrados presentan sus firmas en favor de una propuesta política.

Y con ello, lograr un referéndum para que el propio pueblo sea el que decida cómo empezar el camino hacia la democracia.

La respuesta del Gobierno ha pasado desde la sorpresa hasta la represión, contaba recientemente durante una visita de disidentes cubanos a Madrid Carlos Payá, secretario del Comité de Apoyo Internacional al Proyecto Varela.

En la primavera del 2003 (la que los disidentes llaman la "Primavera Negra"), el régimen detuvo a 42 gestores de Varela. Pero esta detención, no hizo sino aumentar el impacto del proyecto.

"Su interés era detenerlo pronto, pero no lo consiguieron. El mayor sueño fue recibir el apoyo de quienes habían luchado por la libertad desde los años 60 y nos dijeron que llevaban esperando algo así durante 40 años", narra Regis Iglesias, uno de aquellos gestores que estuvo encarcelado durante más de 8 años.

Cuando salieron de allí, las firmas para apoyar Varela se habían duplicado.

Ahora, 10 años después de aquellos "momentos oscuros", Varela pide la divulgación para que no muera ese mismo espíritu, aún latente entre los cubanos. La necesidad de recuperar sus libertades más cotidianas.

Como ejemplo de esa carencia, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos recuerda que las supuestas aperturas del régimen de Raúl Castro, como la acogida de Benedicto XVI el pasado marzo, son aún "mera fachada".

"Los días previos a la llegada de Su Santidad, Cuba fue testigo del mayor número de detenciones en un periodo de tiempo tan corto: 602 personas fueron represaliadas", matiza Omar Rodríguez, representante cubano del Observatorio.

Y añade, como broche al coloquio sobre la libertad cubana organizado por Casa América, que derechos tan básicos como viajar o elegir una marca en el supermercado, aún permanecen vetados para el común de los ciudadanos.

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