Sin solución a la vista entre las dos Coreas más de 60 años después: cronología del odio

  • Ni la muerte del 'querido líder' Kim Jong Il parece que vaya a traer cambios a más de seis décadas de conflicto entre el régimen de Pyongyang y el Gobierno de Seúl.

'A las cuatro de la mañana, tropas norcoreanas comenzaron en varios puntos a lo largo del paralelo 38 un ataque no provocado contra las posiciones de defensa de Corea del Sur'. Así informó la embajada de Estados Unidos en Seúl el 25 de junio de 1950 del inicio de los enfrentamientos bélicos entre las dos Coreas en un telegrama enviado al Departamento de Estado en Washington.

Corea del Sur temía ser conquistada por el Norte y la Guerra Fría mantenida entre el bloque soviético y el liderado por Estados Unidos se convirtió en un conflicto bélico real y dramático.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la petición de Estados Unidos para enviar un destacamento militar compuesto por tropas de 16 países encabezado por el Estado norteamericano. China también intervino más adelante para ayudar a sus amigos de Corea del Norte.

Hubo cientos de miles de muertos y heridos, incluidos numerosos civiles. Aún hoy, seis décadas después, las cifras bailan. Se habla de casi 780.000 muertos y heridos en las filas surcoreanas y más de 1.200.000 en el norte. Además, fueron millones las víctimas civiles.

El conflicto armado terminó el 27 de julio de 1953. Las fuerzas estadounidenses y sus aliados habían conseguido hacer retroceder a las fuerzas norcoreanas tras el paralelo 38. Ambos bandos firmaron un armisticio, pero no un acuerdo oficial de paz, por lo que técnicamente las dos Coreas siguen en guerra.

Tentando la suerte

Después de firmar el armisticio, las tensiones siguieron y se concretaban en distintas ocasiones con ataques de diversa índole perpetrados por Corea del Norte que después quedaban como hechos aislados para evitar una nueva guerra.

En 1967, Corea del Norte mató a 39 personas al atacar un buque de guerra del Sur. En 1968, atacó el palacio presidencial de Corea del Sur en un intento de asesinar a su presidente y secuestró el buque estadounidense Pueblo en 1968. No hubo represalias.

En 1983, un atentado en un hotel de Myanmar mató a buena parte del Ejecutivo de Seúl. Otro ataque en 1987 contra un avión comercial surcoreano quitó las 115 personas que viajaban a bordo. Tampoco hubo respuesta.

Intentos de reconciliación

Hace una década ambos países firmaron una declaración conjunta en la primera cumbre intercoreana, una señal que se interpretó como el inicio de un proceso de apaciguamiento. Quedó en agua de borrajas.

Años después, en 2007, las dos Coreas firmaron un acuerdo de 'paz permanente' tras una nueva cumbre en Pyongyang. El documento incluía, entre otros puntos, la desnuclearización de la península y una mayor cooperación económica. Se consideró un pacto histórico. Sin embargo, a día de hoy aún no se ha materializado.

El experto en economía asiática Pablo Bustelo, ya advirtió en 2004 que el 'optimismo sobre una pronta solución de la crisis nuclear con Corea del Norte [creado tras el acercamiento del año 2000] es injustificado'. 'En el mejor de los casos, la comunidad internacional debe prepararse para largas y arduas negociaciones con los norcoreanos', advirtió. Y no le faltaba razón.

La Guerra Fría continúa en el siglo XXI

Existe un factor esencial que supone la continuación de su particular guerra fría -con ataques puntuales- obligada por las circunstancias. Por una parte, Corea del Sur dispone de un Ejército mejor equipado y preparado. Por otra parte, Corea del Norte supone una amenaza constante por su arsenal nuclear y los misiles apuntando a Seúl, situada a unos escasos 50 kilómetros de la frontera. Así permanece más o menos igualada a Corea del Sur, que sigue contando con el apoyo incondicional de Estados Unidos.

La combinación de ambos factores ha ayudado, de momento, a que las dos Coreas se vean forzadas a la convivencia, por fría que sea y con 'piques' que ya casi se han convertido en cotidianos como la invasión de la supuesta área marítima de unos por otros.

Pero en 2010 los enfrentamientos llegaron a amenazar con pasar a mayores tras el hundimiento del buque surcoreano Cheonán en el que murieron 46 personas y del que un informe de un comité de expertos occidentales confirma la culpa del régimen de Pyonyang. A pesar de un ataque a civiles en una pequeña isla que Norte y Sur se disputan el mismo año, las aguas volvieron a su cauce.

Precisamente este fin de semana, el mismo en que ha muerto el 'querido líder' de los norcoreanos, el país ha ofrecido dejar de lado su programa de enriquecimiento de uranio a cambio de recibir 240.000 toneladas de alimentos para la famélica Corea del Norte. Y los vecinos del Sur han decretado el estado de alerta este lunes, cuando el régimen de Pyongyang ha dado a conocer el fallecimiento de su líder.

El papel de China

Estados Unidos y Corea del Sur pidieron a China sanciones contra su aliado. Pekín se resistió y condenó el ataque al navío surcoreano. Pero tampoco apoyó incondicionalmente a su aliado del norte de la península coreana y anunció un bloqueo comercial. China ya no es el aliado fiel e incondicional que era para la Corea de la dictadura comunista.

De todas formas, no todos los analistas creen en el poder de influencia de China sobre Corea del Norte. Tom Rafferty, profesor invitado en la Universidad de Pekín, señalaba en una columna del diario South China Morning Post que 'creer que China tiene una enorme influencia sobre el régimen [norcoreano] es una idea equivocada'.

'China es el principal socio comercial y suministrador de petróleo de Corea del Norte, pero Pekín ha demostrado ser en gran medida incapaz de influir en su política económica y diplomática', asegura. Además, Rafferty afirmaba del ahora fallecido Kim Jong Il que era un 'líder insular y nacionalista, incapaz de doblegarse incluso ante la posibilidad de que la población sufra más sanciones o vea reducida la ayuda'.

Habrá que ver cómo dirige el país el probable heredero del régimen, Kim Jong Un.

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