La doble crisis del PSOE: orgánica y socialdemócrata

  • De charla con un amigo italiano en el tren mientras viajamos de Bolonia a Florencia intento responderle a la pregunta que me hace de si pronto tendremos gobierno... 

    "Qui sa...", respondo. Es la incertidumbre y el caos que reina en el PSOE lo que me lleva a darle esa ambigua respuesta.

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EUROPA PRESS
José Luis Roig / @joseluisroig

Voy de Bolonia a Florencia en el "frecciarossa", el AVE italiano, con mi amigo sociólogo Maurizio Ferrera. Me pregunta si pronto tendremos Gobierno en España. Mi respuesta es a la italiana: "Qui sa...". Es la incertidumbre y el caos que reina en el PSOE lo que me lleva a darle esa ambigua respuesta, y le añado que los españoles en política somos más sectarios que los italianos, y no tenemos una buena cultura de pactos."Los españoles en política somos más sectarios que los italianos, y no tenemos una buena cultura de pactos"

Buen conocedor de la realidad  española, Ferrera no entiende como un partido histórico con un importante arraigo social, como el PSOE, esté caminando hacia un suicidio político por falta de un claro proyecto de Estado. 

Le digo que, sin embargo, hay que distinguir entre la crisis orgánica que provoca el no tener claro si es mejor la abstención o el 'No' a Rajoy, de la crisis de identidad que sufre en general la socialdemocracia, cuyo último brote ideológico fue la tercera vía de Toni Blair, en el pasado siglo XX. 

Ferrera me explica que los socialistas en un mundo globalizado como el de hoy, necesitan sobre todo apostar por un nuevo proyecto que tenga los mismos trazos fuertes que en su momento tuvo la lucha por el Estado de bienestar, tras la Segunda Guerra Mundial. 

Pero volvamos a la política inmediata. ¿Qué pasará en el comité federal del PSOE el próximo día 23?, me pregunta con cierta sorna italiana. Aquí no puedo decirle "qui lo sa", porque el futuro del PSOE solo tiene una cara y una cruz. El mal menor o el mal mayor: permitir que gobierne Rajoy o sumir a España en el caos de unas terceras elecciones en un año, algo insólito incluso para la imprevisible Italia. "El futuro del PSOE solo tiene una cara y una cruz: el mal menor o el mal mayor"

Y le añado que en España los socialistas no acaban de entender que la situación política es ya tan extrema, que la sociedad tiene muy claro que permitir un gobierno popular no significa apoyarlo, ya que la gobernabilidad se controlaría  desde la actividad parlamentaria. Rajoy no tendría las manos libres para actuar a su antojo y el PSOE gozaría de un peso mayor. Algo que no sucedería si decide el mal mayor de acudir a elecciones y permitir incluso que Podemos les adelante en escaños

Ferrera lo tiene claro. Si esta situación se diera en Italia asistiríamos a una calculada abstención socialistas que permitiría una discreta gobernabilidad, de perfil bajo, sin tanto dramatismo ideológico ni sociológico. Me añade Ferrara sin acritud pero moviendo las manos a la italiana: "il problema e que nella política spagnola manca finezza".

Llegamos a Florencia. El Duomo y un buen chianti nos están esperando. La política española puede esperar... al menos unas horas. 

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