Los grandes problemas migratorios que, este año, Europa ha tenido que hacer frente, unidos a la amenaza yihadista han provocado que el debate de la Estrategia Global de la UE sobre Política Exterior y de Seguridad este año sea más controvertido.
En 2014 se creó el Fondo Seguridad Interior (ISF, por sus siglas en inglés) y su misión se puede resumir en dos puntos fundamentales. Por un lado, garantizar la seguridad de todos los ciudadanos europeos. Por otro, conseguir implementar de forma exitosa la Estrategia de la UE para la erradicación de la trata de seres humanos.
Asociaciones de derechos humanos han denunciado la disparidad de presupuestos para las diferentes políticas dentro de este organismo.
"Para conseguir cumplir ambos objetivos, el Fondo de Seguridad Interior cuenta con un presupuesto anual de 3.764 millones de euros que debe invertir en dos ámbitos de actuación distintos pero relacionados entre sí la vigilancia y el control de fronteras y visados, así como la cooperación policial en materias de seguridad. Del total del presupuesto del ISF, 2.760 millones han sido destinados al control fronterizo dentro del llamado control de visados y fronteras. Es decir, que a la erradicación de la trata de personas solo se dedican 1.004 millones de euros, la tercera parte. Este presupuesto se mantendrá hasta 2020", denuncia la experta en Cooperación Internacional Juncal Fernández-GarayzabalLa Operación Tritón cuesta 2,9 millones de euros
Fuentes de la Comisión Europea definen como una "vergüenza" estas disparidades. "No se preocupan de manera efectiva de prevenir la trata. No quieren inmigración ilegal. Les importa más que no pasen, que la situación personal del que está en la patera, por ejemplo. Las políticas de control de fronteras deben estar acompañadas de políticas activas para la prevención de la trata de personas, porque si no, el calvario de ese ser humano se multiplicará por mil. Los presupuestos no están diseñados para favorecer a los más vulnerables", explica una empleada de la Comisión Europea, que prefiere mantener su nombre en el anonimato.
La indignación de las asociaciones, no acaba allí. Se han invertido 2,9 millones de euros en la llamada Operación Tritón, cuyo objetivo es proporcionar apoyo a Italia en las costas de Calabria y Sicilia. El problema, sostienen, son los objetivos. "La Operación Tritón ha sustituido a la Operación MareNostrum, implementada exclusivamente por Italia y que tenía alcance en aguas internacionales. No obstante, esta no es la única diferencia existente entre ambas operaciones. Mientras que la operación italiana estaba destinada a la recogida y al salvamento de inmigrantes, la operación financiada por el ISF no cuenta con barcos de salvamento y su ámbito está exclusivamente delimitado a las aguas territoriales europeas", resume Fernández-Garayzabal.
En este sentido, diversas asociaciones no gubernamentales, incluido ACNUR, el programa de refugiados de la ONU, han pedido a los gobiernos que se priorice el salvamento frente a la expulsión. "Solo así, podremos construir una Europa inclusiva de la que sentirnos orgullosos", concluyen.
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