Las opciones que manejan Rajoy & Rivera si fracasa la investidura

  • Cabe la posibilidad, más remota pero real, de que el PSOE tome conciencia de su responsabilidad como institución democrática y obligue a Pedro Sánchez a permitir que Rajoy sea investido.

    El plan B, tras fracasar en la investidura del 30 de agosto, se convocaría otra para después del 25 de septiembre, fecha de las elecciones vascas y gallegas. Con la “esperanza” de conseguir los cinco votos del PNV, a cambio de que el PP apoye la investidura de Urkullu.

PP y Ciudadanos firmarán este viernes el pacto anticorrupción y empezarán a negociar un acuerdo de investidura
PP y Ciudadanos firmarán este viernes el pacto anticorrupción y empezarán a negociar un acuerdo de investidura
EUROPA PRESS
José Luis Roig

1. Ya hay fecha de investidura. ¿Y ahora qué? Pues ahora a seguir pelando la pava mientras llega el 30 de agosto, fecha de la investidura de Rajoy Brey. Una investidura que el candidato del PP no tiene garantizada, algo que antes le horrorizaba y que ahora parece no afligirle.

2. ¿Qué ha sucedido para que Rajoy cambie de actitud? Cuando le preguntaron en rueda de prensa porque aceptaba la fecha del 30 de agosto si ahora tampoco tenía garantizada la investidura, se limitó a contestar: “Bueno, tengo la certeza de no ser rechazado”.

3. ¡Oh, Dios mío! Cuán gallego es un buen gallego. Cómo avanza Rajoy sin apenas decir nada ni moverse del sitio. De ahí que los publicitarios se inventaran acertadamente su imagen de “caminando rápido” para extirparle la insufrible parsimonia del koala gallego. Dicen que maneja los tiempos como nadie. Más bien maneja como nadie la impasibilidad ante el quietismo. El no hacer nada para que sean los otros los que se muevan y cometan algún error.

4. En esta ocasión hay que darle gracias a Albert Rivera que ha sacado de su madriguera al oso receloso y lo ha puesto a bailar en medio de la plaza. El 30 veremos qué tal se mueve y qué tal encaja los previsibles golpes de la oposición. Rajoy ya no se siente tan rechazado, pero nadie podrá evitarle morder el polvo.

5. Lo que no se sabe es cuánto polvo morderá Rajoy. Perder la primera votación, para que haya sorpresa en la segunda ronda, 48 horas después, es una de las posibilidades. También cabe la posibilidad, más remota pero real, de que el PSOE tome conciencia de su responsabilidad como institución democrática y obligue a Pedro Sánchez a permitir que Rajoy sea investido con seis “accidentadas” abstenciones para que España salga del atolladero.

6. Pero si la vida política nos confirma de que no es como nos esperamos, sino como nos tememos, y Rajoy es rechazado en ambas votaciones, es decir, sale trasquilado de su investidura, quedarán dos opciones.

7. Opción A, también conocida como fatídica o patética de Beethoven. Romper la baraja y convocar elecciones para el 25 de diciembre, fum-fum-fum. Esta opción es posible aunque es muy poco probable. El día más especial del año –Navidad- elegido para que los españoles acudan en ¡tercera! llamada a votar, es demasiado esperpéntico incluso para los españoles. En su defecto, se buscaría otra fecha de enero.

8. El hecho de que Rivera y Rajoy hayan pactado esta investidura responde a que el líder del PP no podía seguir más tiempo mirando al techo, y a la necesidad de poner los focos sobre Sánchez y obligarle a moverse, sino quiere convertirse en el responsable principal de las terceras elecciones. Es cierto que todos presionan al PSOE, pero por suerte o desgracia es el que tiene la llave para facilitar la gobernabilidad. Y no se trata de apoyar a Rajoy por simpatía, sino de desbloquear por pura supervivencia democrática.  

9. La otra opción, también conocida como plan B. Tras fracasar en la investidura del 30 de agosto, se convocaría otra investidura, con el mismo candidato, para después del 25 de septiembre, fecha de las elecciones vascas y gallegas. Con la “esperanza” de conseguir los cinco votos del PNV, a cambio de que el PP apoye la investidura del lendakari Urkullu. Se trata de esperar –y esto Rajoy lo borda-, y de dar para que te den, lo que en latín viene siendo un “do ut des”.

10. Albert Rivera es el líder que mejor está rentabilizando la situación ya que es también el que actúa con más inteligencia, al menos de cara a la opinión pública y publicada. Su predisposición a la gobernabilidad le otorgan un plus de utilidad practica y política, y una imagen de responsabilidad. No aparece en escena como un partido menor y desvalido sin nada qué hacer. Sensación que sí transmite Podemos, y eso que tiene más del doble de diputados que C’s.  

Mostrar comentarios