Derecha xenófoba sueca envuelta en polémica por vincular Islam con violación

  • La formación ultranacionalista Demócratas de Suecia (SD), con representación parlamentaria desde 2010, se ha visto envuelta en una polémica por las declaraciones de varios de sus miembros acusando a la cultura islámica de fomentar las violaciones.

Copenhague, 10 ene.- La formación ultranacionalista Demócratas de Suecia (SD), con representación parlamentaria desde 2010, se ha visto envuelta en una polémica por las declaraciones de varios de sus miembros acusando a la cultura islámica de fomentar las violaciones.

"La violación es una expresión de la cultura islámica", reiteró hoy al diario "Blekinge Läns Tidning" Richard Jomshof, diputado de este partido y uno de los últimos en sumarse al debate, que ha generado fuertes críticas entre expertos y políticos de otros grupos, incluido el primer ministro conservador, Fredrik Reinfeldt.

El desencadenante fue un comentario que colgó en su página de Facebook el vicepresidente de Demócratas de Suecia (SD, por sus siglas en sueco) en la ciudad de Karlskrona, Michael Hess, que aseguraba que la violación está "profundamente arraigada" en la cultura islámica, y que fue aireado por varios medios suecos.

Linus Bylund, secretario del líder de SD, Jimmie Åkesson, avivó la polémica al señalar que la violación es "una forma de castigo" incluida en el Corán y que hablar de racismo era erróneo, porque el Islam es una ideología.

"Este es un ejemplo de la lógica 'nosotros y ellos' que caracteriza la retórica de SD. Veremos a ver si ahora él (por Hess) es excluido", dijo el primer ministro Reinfeldt.

En la misma línea, el ministro de Asuntos Sociales y líder democristiano, Göran Hägglund, calificó al político ultranacionalista de ignorante.

En un intento por moderar la imagen del SD, con raíces en el nacionalsocialismo, Åkesson introdujo hace algo más de un año una política de "tolerancia cero" frente al racismo, que se ha saldado con medio centenar de miembros excluidos.

No obstante, esa nueva línea no ha reducido los escándalos que han afectado al partido, que no siempre se han resuelto con sanciones a sus miembros.

Sí fue castigado hace un año el diputado Erik Almqvist, destituido de sus cargos al difundirse un vídeo en el que profería gritos racistas y agredía a un extranjero tras una noche de juerga.

Las polémicas que han rodeado a Demócratas de Suecia, al que el resto de partidos han hecho el vacío en esta legislatura, no parecen haber reducido su apoyo, más bien al contrario.

La última encuesta para las elecciones de septiembre, difundida hoy, coloca a SD como la cuarta fuerza, con casi el 10% de los votos, frente al 5,7% de 2010, aunque da mayoría absoluta a la izquierda.

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