Líbano desmonta una red de prostitución forzosa con 75 refugiadas sirias

  • La policía libanesa descubre una mafia que engañaba a refugiadas sirias para después obligarlas a prostituirse; contaban incluso con la colaboración de una clínica local para practicarles abortos.

    Mujeres y niños son los objetivos de los traficantes de órganos y prostitución. En todo 2015, unos 10.000 niños han desaparecido en Europa.

Más de un millón de sirios viven como pueden en Líbano, como las mujeres que se aprecian en la imagen; otras no tienen tanta suerte y son captadas por las redes de prostitución.
Más de un millón de sirios viven como pueden en Líbano, como las mujeres que se aprecian en la imagen; otras no tienen tanta suerte y son captadas por las redes de prostitución.
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Pedro M. Puerta

Más allá de carteles de bienvenida y discursos vacíos, los refugiados sirios se enfrentan a un mundo duro y cruel que les machaca desde que comenzó la guerra civil y que les perseguirá hasta que, por lo menos, consigan una residencia y un trabajo en un país seguro.

Durante el peregrinaje europeo, son miles las mujeres y niños que desaparecen entre el marasmo de mafias de tráfico de órganos y prostitución. Al menos 129 menores han desaparecido en el campamento de Calais, y la cifra asciende a un total de 10.000 niños perdidos en todo el continente, según datos de enero de 2016. Son objetivos fáciles, y más cuando se sabe que en 2015 unos 95.000 menores no acompañados solicitaron asilo en Europa; al no estar protegidos por sus padres, son blanco de mafias. Mientras, en Alemania, unos 6.000 refugiados menores, que ya habían pasado los trámites de registro, también se encuentran desaparecidos.Refugiadas que son prostitutas forzosas

Viendo la situación a nivel general, no extraña la historia de decenas de mujeres sirias que, en su huida de su nación, pasaron a Líbano con la promesa de un trabajo bien pagado en el sector de la hostelería. Cuando llegaron al destino, fueron raptadas, despojadas de sus móviles y confinadas en un hotel al norte de Beirut para ser forzadas a practicar la prostitución.

Una operación policial libanesa irrumpió en varios hoteles a finales de marzo para desmontar la red de prostitución y acabar con el rosario de palizas, torturas y abusos que han sufrido estas mujeres, encarceladas en los hoteles Chez Maurice y Silver Hotel de la ciudad de Maamelteine, 20 kilómetros al norte de la capital.

El descubrimiento de la red de tráfico sexual basada en refugiadas ha conmocionado a la pequeña Líbano, una nación ya muy sensibilizada porque actualmente acoge más de un millón de refugiados sirios. La trama, que implica a 75 mujeres, se considera el peor escándalo de tráfico sexual en el país durante décadas y ya se buscan intensamente a aquellos que la han permitido y tapado; de momento ya se ha cerrado la clínica del ginecólogo Riad al-Alam, que colaboraba con los mafiosos al realizar abortos a las mujeres que se quedaban embarazadas.

Las mujeres eran forzadas a mantener hasta 20 relaciones sexuales al día, según fuentes de organizaciones civiles libanesas. Aquellas que se negaban a trabajar eran violadas y torturaban hasta que finalmente se rendían.

La primera pista que obtuvo la policía se produjo el Viernes Santo, cuando cuatro mujeres sirias consiguieron escapar y contactaron con la policía gracias a un conductor de autobús que las llevó. Dos días después, la policía desmontaba los burdeles y acababa con una red de prostitución que ganaba, aproximadamente, un millón de dólares al mes.

Si los países de la Unión Europea no hacen gala de los valores que presumen -y a tenor de su acuerdo con Turquía, parece claro que no- todavía quedarán muchos refugiados que correrán una suerte similar a la de estas mujeres. Carteles de bienvenida y discursos vacíos aparte, seguirán siendo, como dijo el pregonero, "fantasmas de países desangrados que jamás son invitados a la gran fiesta de la humanidad".

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