Si la traición a Mas se consuma, ésta es la quiniela para sucederle

    • El líder de CDC no se da por liquidado en sus opciones para encabezar el futuro Govern.
    • Sus socios, Romeva y Junqueras, son tentados por la CUP y otras fuerzas.
Artur Mas y Oriol Junqueras, en un acto.
Artur Mas y Oriol Junqueras, en un acto.

Las elecciones del pasado 27-S han dejado muchas incógnitas aún en el aire, pero la primera, sin duda, si Mas será investido president. Despejar la ecuación no es tarea fácil. Primero, porque los 62 escaños de Junts pel Sí les obligan a un pacto con laCUP para lograr la mayoría, fijada en 68. Y ésta ya ha dejado claro que no le facilitarán la investidura. Segundo, por las sombras que arroja la imputación de este martes.

Pese a que hay quien sostiene incluso que la decisión del TSJC podría 'ablandar el corazón' de las CUP- Mas, al fin y al cabo, resulta imputado y previsiblemente inhabilitado por llevar a cabo lo que ellos defienden- la opción más probable es que no se desvíen de la línea seguida por activa y pasiva en campaña.

"No hay nadie imprescindible", vino a ser el mensaje más repetido. Del president en funciones les distancias muchas cuestiones, pero sobre todo dos, convertidas por en piedra de lanza de los anticapitalistas: los escándalos de corrupción que cercan a CDC-el propio diputado de la CUP David Fernández presidió la denominada 'comisión Pujol'- y las políticas de privatización y recortes del Govern.La plataforma busca un candidato blanco

"Hay mucha gente válida en el país para reducirlo todo a que si no es Mas, fracasa el proceso", recordó ayer mismo Antonio Baños,su número uno. La intención de la plataforma nacionalista es buscar entre ellos y Mas un espacio para que todas las fuerzas políticas se sientan cómodas y en ello no se descarta imponer a un candidato 'blanco', una figura de trayectoria reconocida pero no necesariamente vinculada a la política, o bien un político no excesivamente vinculado a un partido.

En este supuesto entran en escena miembros de la candidatura de Junts como las dirigentes de las entidades soberanistas Òmnium y ANC, Muriel Casals o Carme Forcadell, cuyo perfil social yactivista las convierte en dos candidatas del agrado de la CUP.

En Junts pel Sí la opinión de que debe ser Mas está meridianamente clara. Aunque no se descartan sorpresas. Pese a que esa elección se apoya en el acuerdo firmado en julio entre CDC, ERC y las entidades soberanistas, las dudas sobre si en él se incluye efectivamente una reelección del aún president en funciones añaden incertidumbre.

El propio cabeza de lista, Raül Romeva, afirmó entonces que ese acuerdo "no dice explícitamente" que Mas sea el candidado a la reelección. El revuelo generado por aquellas declaraciones provocaron un desmentido apresurado a través de Twitter. En varios mensajes, Romeva aseguraba que el president sería, efectivamente, Mas. "Lo repetiré tantas veces como haga falta", insistió después en una entrevista.

Tampoco Junqueras, número 5 de esa lista, ocultó en aquellos primeros días sus recelos para señalar a Mas como candidato, aunque luego aclaró: "El presidenciable es Mas, del mismo modo que el cabeza de lista es Romeva". Y para evitar polémicas inoportunas, la candidatura cerró filas en torno al entonces jefe del Govern como el "más legitimado" para seguir con el procès.Junqueras se deja querer

El líder de los republicanos se sabe, no obstante, con opciones. La CUP lo quiere y él quiere a la CUP, con quienes comparte muchas afinidades en su programa social. Incluso más que con sus socios de Junts, como reconoció él mismo aún a riesgo de quebrar las relaciones con los convergentes.

El acuerdo contempla la posibilidad de que las formaciones que lo integran recuperen sus propios grupos y se vayan al grupo mixto y un reparto por el que a CDC le correspondería un 60% de escaños y un 40% a ERC. Según los resultados, 31 escaños para Mas y 20 para Junqueras, más los once reservados a los independientes.

Aunque en el discurso público se descarten grietas en la candidatura, la tentación puede ser alta para Junqueras. No sólo lo corteja la CUP, también Catalunya sí que es Pot le ha ofrecido mano tendida. "Cada uno ha hecho su apuesta en las elecciones, pero nadie dice que ERC y gente independiente no puedan cambiar", invitó su cabeza de lista, Lluis Rabell, en una entrevista en lainformacion.com.La línea roja para ese posible acuerdo sería que no estuviese presente CDC. "Si Junts pel Sí quiere deshacerse del lastre de Mas ya nos lo dirán", insistió este lunes.

El mismo día, en comparecencia conjunta para leer los resultados, los líderes de la plataforma independentistas anunciaban que abrirían diálogo con la CUP, pero también otras fuerzas. Guiño tendido a los de Iglesias, sin duda, aunque Mas siguió en la misma rueda de prensa ajeno a los rumores que lo sitúan fuera de la presidencia. "Es el acuerdo que tenemos", despejó ante cualquier posibilidad de una Generalitat no presidida por él.Romeva y Junqueras no disgustan a la CUP

Con opciones menos claras, Romeva también tiene cartas para convertirse en president con apoyo de la CUP, como así sugirió, ya en agosto, uno de sus dirigentes, el número cinco por Barcelona, Albert Botrán. Los 'mentideros' tras el 27-S plantean incluso un acuerdo ya avanzado de manera informal, por el que Romeva y Junqueras se habrían repartido con la CUP los principales puestos de mando.

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