Dominique Vellard:hay muchos tesoros musicales que no han llegado al público

  • Dominique Vellard (París, 1953) está convencido de que la labor de investigadores y musicólogos desde inicios del siglo XX ha permitido descubrir la práctica totalidad del acervo de música antigua, pero afirma categóricamente que muchos de estos "tesoros" no han llegado todavía al público.

Luis Enrique Fácil

Huesca, 16 ago.- Dominique Vellard (París, 1953) está convencido de que la labor de investigadores y musicólogos desde inicios del siglo XX ha permitido descubrir la práctica totalidad del acervo de música antigua, pero afirma categóricamente que muchos de estos "tesoros" no han llegado todavía al público.

Así lo asegura en un entrevista con Efe en el marco del 23 Festival Internacional en el Camino de Santiago (Huesca) quien dirige desde 1979 el Ensemble Gilles Binchois, grupo especializado en la música medieval y renacentista.

Vellard, figura de reconocido prestigio internacional que combina su intensa actividad en escenarios y estudios de grabación con la docencia en Basilea (Suiza), insiste en que el trabajo de descubrimiento de los repertorios de música antigua no sólo fue "increíble" sino que abrió a los músicos "cantidad de vías apasionantes que seguir".

En la iglesia del Carmen de Jaca (Huesca), Vellard ha interpretado esta semana, junto al resto de miembros del Ensemble Gilles Binchois, el Oficio del Año Nuevo o de la Circuncisión de la Catedral de Puy (Francia), un repertorio que abarca desde el canto llano gregoriano hasta las polifonías del siglo XVI.

Revela que ahora se guarda bajo la manga un tesoro musical en el que ha trabajado durante tres años junto con expertos de las universidades de Toulouse y Barcelona y que se dará a conocer en una grabación discográfica que se publicará el próximo noviembre.

Se trata, señala, de los "Faux-Bourdons", unas polifonías datadas en el siglo XVI que fueron dejadas de interpretar hace décadas y que todavía se podían escuchar en algunas iglesias francesas hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965).

Vellard asegura que a la hora de hacer frente a un repertorio de este tipo hay que tener en cuenta distintos parámetros como el contexto histórico, las fuentes musicales y la mecánica de los rituales en el ámbito de las piezas religiosas.

"Hay que conocer -subraya- la música que precede y la que sigue al repertorio que vamos a interpretar, escoger los instrumentos que convienen históricamente a las piezas y una estética vocal adecuada".

Todo, añade, con el objetivo final que debe perseguir cualquier intérprete de música antigua: conseguir dar autenticidad y veracidad al repertorio.

Afirma que los nuevos intérpretes de música antigua se han apoyado en todos los conocimientos obtenidos por los grupos pioneros desde décadas atrás para "encontrar más temprano la libertad de la que se goza ahora con la madurez de 35 años de práctica".

Dominique Vellard adopta un tono reflexivo a renglón seguido para advertir de que "hay más libertad en estos momentos que hace años, pero a veces también menos rigor histórico y estético, porque ahora es habitual mezclar estilos o repertorios buscando sólo un efecto sobre el público".

Considera, por otra parte, que aunque el interés del público por la música antigua es "intenso", no existe apoyo alguno para su difusión por parte de los poderes públicos, que, según afirma, "no tienen en cuenta la importancia de mantener vivo un patrimonio musical tan alejado de nuestro tiempo".

A su juicio, "la música antigua constituye un patrimonio tan importante como el de la arquitectura o el que se guarda en los museos, pero es al tiempo esquivo porque sólo vive a través de los conciertos y de las grabaciones".

Para estimular el interés del público, "por lo menos en Francia", Vellard busca sorprender en los conciertos combinando la interpretación con breves conferencias, ilustraciones sonoras o ensayos públicos, pero también mediante presentaciones destinadas a un público infantil en centros escolares.

En cualquier caso, destaca que para construir una estética y estilo propios, el intérprete de música antigua "requiere de bastante tiempo y energía".

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