Dover: "Antes nos preguntaban por el inglés; ahora cuándo volveremos al rock"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 20 jun.- En 1997 el público acogió con fervor un disco y a una banda "peculiar" para España, que se movía entre el 'indie' y el rock "como Nirvana", guitarrera, con una voz femenina y cruda que cantaba en inglés, aspectos que hoy no resultan novedosos pero que marcaron hace 15 años un hito digno de celebrar para Dover.

"Ya no nos preguntan cuándo cantaremos en español, sino cuándo volveremos al rock", comenta en una entrevista con Efe hoy en Madrid Amparo Llanos, guitarrista de este grupo madrileño, que tantos cambios estilísticos ha experimentado en los últimos tiempos y que esta semana ha reeditado aquel exitoso y añorado "Devil came to me".

El nuevo álbum, que lleva por título "Dover came to me" (Octubre-Sony Music), constituye una muesca más en su celebración personal de un trabajo que les lanzó a la fama y que han recuperado en los últimos meses en una exitosa gira por pequeñas salas de toda España, que continuará en verano.

En Madrid, su ciudad, "donde siempre hay una energía especial", actuaron dos noches en la sala Sol y de aquello ha surgido un CD en directo supervisado por su amigo y más fiel productor, Dani Alcover, quien también produjo el disco original, remasterizado para la ocasión.

"Es nuestro disco más especial", reconocen Amparo y Cristina Llanos (voz), Jesús Antúnez (batería) y Samuel Titos (bajista), que se incorporó a la banda en 2006 y vivió el lanzamiento de "Devil came to me" como un fan más.

"Sentía que estaba pasando algo muy novedoso, cosas que iban por el camino que a mí me gustaba, tanto en música como en actitud, que traspasaban la barrera del 'indie' o del 'underground'. Lo que pasó con Nirvana unos años antes, de repente pasaba aquí con Dover", rememora el músico.

Sus compañeros ratifican la "peculiaridad" de Dover, que, en su opinión, "sigue rompiendo barreras prácticamente todos los días, aunque solo sea porque hay dos hombres y dos mujeres trabajando de la misma manera".

"Dover es un poco como una sociedad ideal utópica de cómo podrían trabajar juntos hombres y mujeres", destaca Amparo Llanos.

El grueso de la banda se ha mantenido estable durante estos tres lustros, como una "familia que va acoplándose", aunque haya habido salidas del grupo, como la del bajista Álvaro Gómez, que figura en los títulos de crédito.

"Siempre hemos sido muy estrictos con nosotros y con el grupo, pensamos que hay que ensayar mucho y hacerlo lo mejor posible, y ha habido ciertas piezas que no han encajado", explica Antúnez.

La energía roquera que exige retomar en su versión cruda original canciones como "Serenade", "Loli Jackson" o "La monja mellada" no ha mermado, pese al paso del tiempo. "Estamos en forma", presumen.

Reconocen en cualquier caso que, si intentaran componer ahora aquellos temas, por edad y situación saldrían otros distintos, lo que lleva a preguntarles por un nuevo disco de estudio, continuación del africanista "I ka kené" (2010), el cual, según sus deseos, debería publicarse en 2014.

Su composición quedó pospuesta al empezar esta gira, pero dicen que no sería extraño que, al retomar esa labor, lo hagan con el sonido roquero y distorsionado que tienen ahora en la cabeza.

"Yo creo que en él habrá influencias de todo", vaticina Antúnez.

Convienen que a esta reedición probablemente le seguirá otra en el futuro, ante el aniversario del que consideran su otro álbum más icónico, "Follow the city lights" (2006), en el que experimentaron un viraje hacia la electrónica.

"Si pudiésemos combinar las dos cosas, para mí sería lo ideal, un poco a lo Madonna", expresa Cristina en alto.

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