Dúo Hidrogenesse dedica un disco a convulsa vida del matemático Alan Turing

  • Alan Turing fue el genio que descifró "Enigma", la máquina de encriptación nazi, pero también una mente libre que no ocultó su homosexualidad, una opción que acabó con su carrera y su vida. "Un dígito binario dudoso" es el homenaje que el dúo de pop Hidrogenesse ha dedicado a este iconoclasta matemático.

Barcelona, 13 jul.- Alan Turing fue el genio que descifró "Enigma", la máquina de encriptación nazi, pero también una mente libre que no ocultó su homosexualidad, una opción que acabó con su carrera y su vida. "Un dígito binario dudoso" es el homenaje que el dúo de pop Hidrogenesse ha dedicado a este iconoclasta matemático.

El proyecto surgió cuando un centro de arte sevillano propuso a Carlos Ballesteros (voz) y Genís Segarra (teclados) -los dos componentes de la formación barcelonesa- crear una obra conceptual entorno a Turing (con motivo del centenario de su nacimiento), uno de los padres de la computación moderna y cuya existencia personal fue un torbellino de humillaciones en la Inglaterra de postguerra.

Aunque el encargo no cuajó, la historia del matemático, que acabó suicidándose a los 42 años mordiendo una manzana envenenada, tras haber aceptado la castración química para librarse de la cárcel por su condición de homosexual, había enganchado al dúo, que decidió dedicarle su cuarto álbum: "Un recital de canciones que nos hubiera gustado cantarle", explica Genís en una entrevista a Efe.

"Despierta Alan del sueño profundo, han solucionado la contradicción. El gobierno pide ser perdonado y se ha retractado Mr. Gordon Brown", canta Ballesteros en "El beso", tema que abre el disco y que resume el vejatorio trato que recibió Turing a pesar de ser uno de los héroes en la sombra que descifró la máquina de encriptación de los mensajes nazis, lo que ayudó a acelerar el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El dúo, que mañana actúa en el festival Petit Format de L'Hospitalet (Barcelona), se documentó profusamente para componer esta "biografía musicada" (publicada por Austrohúngaro, sello que también dirigen), una colección de piezas de marcado sonido sintético y esclarecedoras letras.

De hecho, las ocho canciones que conforman el disco (más la revisión de un tema antiguo "Un Mystique determinado") están mucho más cercanas a la realidad, a pesar de su tono onírico, que algunos filmes dedicados a Turing, donde se "olvidaban" los aspectos más oscuros de su vida, que sí aparecen en la brillante "El hombre que sabía demasiado", la novela de David Leavitt sobre el matemático que los componentes de Hidrogenesse devoraron.

"Lo que nos hizo enamorarnos de él es su naturaleza positiva. Era un hombre divertido y con sentido del humor, algo que trasladaba al campo científico; una persona entrañable, aunque no sé si ésta sería la palabra, un tipo muy guay", señala Genís,

Pero lo que más sorprendió al dúo de Turing fue su negativa a esconder su homosexualidad, una postura tan arriesgada en la que algunos ven activismo libertario y otros atribuyen a cierta discapacidad mental que le llevaba a ser "literal y sincero" hasta límites absurdos.

"Él no quería ocultar que le gustaban los hombres. Con la misma naturalidad con la que se acostaba con ellos se lo decía a la policía", afirma el teclista.

A juicio de Ballesteros, esta postura vital de Turing es otro "enigma", ya que es extraño que alguien tan inteligente y relevante científicamente se mostrara sin tapujos sabiendo las consecuencias que eso le acarrearía en la puritana Inglaterra de los 50.

El disco también refleja uno de los temores del matemático: que los escándalos de su vida personal supusieran el descrédito profesional y que su trayectoria científica quedara en entredicho.

Para el dúo, el álbum "Un dígito binario dudoso" (el anterior "Bestiola" data de 2008) es su disco más electrónico, con un punto de vista conceptual "en el que todo cuadra".

"Todo está hecho con el sintetizador modular, que para generar sonidos obliga a interconectar una parte con otra, nos empeñamos en sintetizar todos los sonidos y no usar instrumentos reales, a excepción de un piano", explica el teclista.

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