El cantautor "sin orejeras" Alberto Alcalá debuta con "Ensayo y error"

  • Es cantautor, malagueño y se ha dado a conocer por el boca a boca, y hasta ahí los parecidos entre Pablo Alborán y Alberto Alcalá, un artista "sin orejeras" que busca en la "fórmula alternativa" y no en la mediática a su público, al que presentará mañana en Madrid su primer disco, "Ensayo y error".

Madrid, 24 mar.- Es cantautor, malagueño y se ha dado a conocer por el boca a boca, y hasta ahí los parecidos entre Pablo Alborán y Alberto Alcalá, un artista "sin orejeras" que busca en la "fórmula alternativa" y no en la mediática a su público, al que presentará mañana en Madrid su primer disco, "Ensayo y error".

"Es 'Ensayo y error' porque ese es un poco el reflejo del proceso de grabación. Hemos ido descartando canciones y productores hasta que llegamos hasta estas nueve canciones que a mí me cuadraban como conjunto, y, además, hay una canción que se titula así", explica en declaraciones a Efe el antequerano (1986).

Está muy orgulloso de que en el resultado ha habido "mucha implicación" de todos, es decir, de él mismo, que compone, canta, toca la guitarra y ha armonizado los temas; de sus músicos, Joaquín Sánchez (vientos), Alfredo Sarno (percusión) y Alfonso Alcalá (contrabajo); de Diego Guerrero, que ha sido el productor, y de Jorge Pardo, Javier Ruibal y Miguel Ángel Márquez (Antílopez), que han colaborado en varios temas.

"Llevaba mucho tiempo intentando hacer este disco pero sentía un poquillo de presión por parte de quienes me apremiaban. Ahora ha cuadrado todo", señala.

La música de Alcalá, sin "formulitas para que te programen en la radio", hace un guiño a la tradición andaluza, al folclore que él ha "bebido".

"Como dice (el escritor) Juan José Tellez no tengo orejeras musicales. Cuando se habla de cantautores hay un cliché y yo me siento muy libre y si necesito hablar con códigos del pop lo hago. Me gusta la música en general y soy consciente de mis limitaciones. En el disco canto unas bulerías pero se que no soy un flamenco", afirma este "cantautor sin límites", de "actitud artesana y bastante rigurosa".

Su "circuito" empezó hace diez años "en los bares" con la única expectativa de gustar a quien le escuchara y tiene la suerte de que "cada vez" le han ido haciendo "un poquito más de caso".

"Antes era yo el que llamaba y tenía un circuito de actuaciones por toda España. Ahora eso se ha ampliado", cuenta el artista, que ha vivido diez años en Granada y lleva cinco meses en Madrid "a gusto" pero echando de menos "el ritmo de Andalucía" porque siempre le ha quedado grande la prisa.

Estudió Filología Hispánica pero no terminó la carrera "porque se mezclaron muchas cosas. Si la hubiese podido hacer sin presiones... pero pagar el alquiler cada mes y tener la comida asegurada a una semana vista", le relajaba mucho, se ríe, y no se arrepiente porque "las cosas vienen como vienen".

Dice que no tiene "muchas pretensiones" con la música "tal y como está" porque, lamenta, "se la han ido cargando", y él no vive ni participa de ese "machaque".

"El que hace canciones es un trabajador también y este es un oficio y debería tener una dignidad que no tiene. Los que estamos por los garitos estamos bastante indefensos, aunque yo pueda vivir de esto", reivindica.

Después de la actuación mañana en la sala Galileo, los temas "sencillos y cantados naturalmente" de "Ensayo y error" se podrán escuchar de nuevo el viernes 4 de abril en La Fídula, en Madrid; el sábado 12 en "Kak Café" de Valencia y el día 25 en el teatro Torcal de Antequera.

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