Burgos, 28 jun.- El diestro David Fandila "El Fandi" cortó hoy dos orejas de su segundo toro y salió a hombros en el festejo inaugural de la feria de San Pedro y San Pablo de Burgos, en el que el francés Sebastián Castella "tocó pelo" también tras la faena al sexto.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Antonio Bañuelos, bien presentados, nobles y de buen juego en líneas generales, a excepción del cuarto, que se apagó enseguida.
Manuel Jesús "El Cid": estocada que "hace guardia" y descabello (silencio) y pinchazo y estocada (silencio).
David Fandila "El Fandi": estocada y tres descabellos (silencio); y buena estocada (dos orejas).
Sebastián Castella: estocada caída (silencio tras leve petición); y estocada y descabello (oreja tras aviso).
La plaza tuvo media entrada en tarde entoldada y con lluvia antes del festejo.
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BURGOS, "ENFADILADO"
El Cid firmó los pasajes más estimables de su primera faena manejando la mano izquierda, mas perdió toda posibilidad de triunfo por culpa de la fea estocada con la que despenó a su oponente. En el cuarto, el toro más apagado y remiso de la corrida, fue imposible el lucimiento.
La actuación de El Fandi estuvo presidida en todo momento por la entrega y su consabido espectáculo. Toreó muy bien de capote a su primero, en un ramillete de verónicas muy aplaudidas por el respetable, que siguió vibrando con un notable tercio de banderillas. En el último tercio cuajó El Fandi una voluntariosa labor, malograda a última hora por su fallo con los aceros.
En el quinto El Fandi fue todo un torbellino. Muy jaleados los lances en el saludo, y qué decir con las banderillas, regalando incluso un cuarto par con los tendidos echando humo. Inició de rodillas la faena de muleta en la misma boca de riego, recetando seis pases ligados que pusieron la plaza en pie.
Prosiguió su quehacer con máxima entrega, y la gente vivió con emoción todo lo que hizo el torero, especialmente cuando sufrió un leve revolcón al rematar un pase de pecho. Se rehizo el granadino para terminar entre alardes y, a continuación, agarrar una buena estocada que le pusieron en sus manos las dos orejas.
Castella interpretó los pasajes más artísticos de la tarde. A su primero lo cuajó por los dos pitones, aunque al natural fue por donde plasmó los mejores muletazos. Excelente epílogo por redondos, y cuando tenía el triunfo en la mano falló con la espada, cayendo en mal sitio y enfriando el ambiente.
Una oreja cortó del sexto por una notable labor prologada con estatuarios de escalofrío y continuada con un toreo fundamental de altos quilates.EFE
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