El himno del Real Madrid para "despertar el raciocinio" del clero

Luis V. Huerga

León, 28 abr.- León ha cumplido hoy con la tradición de acudir a la Real Basílica de San Isidoro para agradecer al santo que acabara con la grave sequía que padeció en 1153, en un acto en el que el clero ha sido obsequiado con un despertador con el himno del Real Madrid para que "despierte su raciocinio" en la tradicional disputa que mantienen pueblo y curia.

Se trata de la tradición del Foro u Oferta, que se celebra durante el llamado acto de Las Cabezadas, en el que, históricamente, clero y pueblo se enfrentan en un debate en el que unos y otros tratan de convencerse de que las ofrendas por aquel milagro se realizaron de forma libre, como sostienen los leoneses, u obligada, como mantiene el Cabildo.

Durante los últimos años, en este acto es habitual que una y otra parte se hagan curiosos regalos, en una de las celebraciones más tradicionales y carismáticas del acervo leonés.

En esta ocasión, la concejala de Comercio y Consumo en el Ayuntamiento de León, María José Álvarez, en su papel de síndico, ha obsequiado al abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez, declarado barcelonista, con un despertador con el himno del Real Madrid que despierte "su raciocinio", y con una jarra para que la llene de "conciencia" sobre la "voluntariedad de la ofrenda".

Cada año, el síndico, en representación del pueblo, se enzarza en un debate dialéctico con un representante clérigo del Cabildo de San Isidoro, en el que discuten sobre si los leoneses acuden puntuales a su cita de forma "libre y voluntaria" como sostiene la ciudad o si es "obligado" como cree la curia.

María José Álvarez, en representación del pueblo, ha recordado que bajo el reinado de Fernando II, en el siglo XII, la ciudad de León padeció una atroz sequía, por lo que se decidió procesionar las reliquias de San Isidoro hasta el Monte San Isidro para que intercediera y obrara el milagro de la lluvia.

Según cuenta la tradición, una vez en el lugar, se dejó el arca con los restos del santo en el suelo, sin que nadie durante tres días lograra levantarlos de nuevo debido al peso que sorprendentemente adquirió, por lo que doña Sancha, esposa del rey, acudió al lugar para rezar una plegaria.

Cuatro infantes, de pronto y "sin esfuerzo", consiguieron levantar el arca del lugar para trasladarlo de nuevo a la colegiata, con el "juramento de que nunca más se sacarían las reliquias del santo" de la iglesia, aunque cada año se acudiría a entregar un cirio de arroba bien cumplida y dos hachas de cera.

La síndico ha reclamado al abad que demostrara "con documentos" que este año realmente es el 950 aniversario del traslado de los restos de San Isidoro desde Sevilla a León.

Además, ha pedido una "jarra grande y bien cumplida" del "vino centenario" que, según cuenta la tradición, los curas de la basílica guardan en "barrica de roble" en el interior del templo, pero que "nadie ha visto", y que ha reclamado "compartir con todos los leoneses, aunque sea a pequeños sorbos".

La edil también ha preguntado al abad "cómo piensan sufragar" los gastos de las celebraciones de ese 950 aniversario, a la vez que ha recordado a los clérigos del Cabildo que "ya no están para tantas fiestas".

Por su parte, el abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez, ha replicado que el hecho histórico del traslado de los restos "no es un invento de nadie", refiriéndose a las crónicas silenses y a las de Lucas de Tuy al respecto.

Además, ha recordado que esos cirios que los leoneses entregan como oferta deben "dar luz no a San Isidoro" sino "al Santísimo Sacramento", por lo que espera "que la luz siga iluminando" a los leoneses.

La tradición de Las Cabezadas toma nombre del saludo que la corporación, en fila y ante la basílica de San Isidoro, realiza, con tres reverencias, mientras se aleja del lugar en el que se celebra este debate que, otro año más, ha acabado en tablas.EFE

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