Enrique Ponce y Serarín Marín abren la Puerta Grande en Barcelona

  • Los toreros Enrique Ponce y Serafín Martín cortaron dos orejas cada uno y salieron a hombros hoy en Barcelona, mientras que "Morante de la Puebla" se fue de vacío.

Barcelona, 17 jul.- Los toreros Enrique Ponce y Serafín Martín cortaron dos orejas cada uno y salieron a hombros hoy en Barcelona, mientras que "Morante de la Puebla" se fue de vacío.

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Juan Pedro Domecq y uno -el sexto- de Parladé, aceptablemente presentados y de juego desigual. Los mejores, tercero y cuarto. El sexto, el más complicado.

Enrique Ponce: pinchazo y estocada (palmas tras aviso); y pinchazo y estocada (dos orejas).

José Antonio "Morante de la Puebla": pinchazo hondo (silencio); y pinchazo hondo y ocho descabellos (palmas).

Serafín Marín: estocada (dos orejas); y estocada (ovación).

En cuadrillas, Luis Carlos Aranda saludó en el sexto.

La plaza tuvo más de media entrada en tarde agradable.

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PONCE Y MARÍN POR "LA LIBERTAD"

Ponce, que tan sólo pudo estar en los detalles en su incierto primero, firmó una faena de altas cotas artísticas al cuarto, un buen toro de Juan Pedro Domecq al que toreó con temple, plasticidad y suma elegancia por los dos pitones.

Faena rotunda de principio a fin, amén de los remates y otros adornos como cambios de mano y trincherazos de especial aroma. Un epílogo con una serie de pases ligados en posición genuflexa -suerte conocida como "la poncina"-, caló mucho en los tendidos. El pinchazo previo a la estocada no fue óbice para que cortara las dos orejas.

A Marín le correspondió el mejor toro del envío, el tercero, al que instrumentó una notable labor sobre ambas manos. Muy bien Marín con un toreo de quietud, hondura y mano baja. Anduvo también acertado en la suerte suprema y paseó el doble trofeo.

El sexto fue más complicado, un animal que nunca se entregó y muy cortito de embestida, con el que el catalán hizo un esfuerzo pero sin llegar a nada.

"Morante" fue una sombra. Ni un mínimo de compromiso en ninguna de sus dos faenas frente a dos toros en el límite de la raza con los que decidió no darse mayor coba, y abreviar. Solamente destacó en el saludo de capote a su primero y en algunos pases sueltos al quinto.

Al final, Ponce y Marín salieron por la Puerta Grande mientras la afición los despedía a gritos de "libertad, libertad".

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