Fermín Urbiola destaca la fortaleza interior de la duquesa de Alba

Madrid, 20 nov.- El escritor y periodista Fermín Urbiola, que entrevistó a la duquesa de Alba para documentarse al escribir alguno de sus libros sobre monarcas, ha destacado hoy de ella su fortaleza interior y de convicciones, contrarrestada por su fragilidad física.

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva tenía una "gran fuerza interior" y, frente a otras personas de su edad que las veríamos en su casa, ella "ha querido salir y vivir hasta el último momento", ha declarado Urbiola a Efe.

"Me ha apoyado siempre discretamente con mis libros" -confiesa- y en 2013 asistió junto a su marido a la presentación en Sevilla del libro "Palabra de Rey" (sobre don Juan Carlos); "cuando le di las gracias por el esfuerzo de venir me contestó: no me ha costado nada", recuerda.

Además, el epílogo de "Nacida para reina. Fabiola, una española en la corte de los belgas" (Espasa), lo dedica Urbiola a la duquesa de Alba para recordar el encuentro que tuvieron en 2010 en el palacio de las Dueñas, ya que ella fue muy amiga de la reina belga.

Cayetana, que tenía "corazón sevillano" y su ciudad le está rindiendo el "homenaje que se merece", fue la última persona bautizada en el Palacio Real de Madrid, adonde llegó en carroza, pero que siempre supo "combinar" la alta cuna con el pueblo, según Urbiola.

Para el libro sobre la reina Fabiola, la XVIII duquesa de Alba recibió a Urbiola en el palacio de las Dueñas (al mediodía del 22 de junio de 2010 ) en el denominado "despacho del duque", a escasos metros de la habitación donde ha fallecido y junto a un pasillo lleno de fotografías como una del torero de Cayetano Rivera Ordóñez, vestido de luces y flanqueado por su hermano Fran.

Dicho despacho -ha continuado- es "una estancia como la de una casa más, con televisión y vídeo, pero las paredes distinguen aquel hogar, con unos carboncillos de Zuloaga", ensayos del pintor para dibujar el lienzo que hizo de Cayetana niña.

Urbiola cuenta en el epílogo de la citada obra que la duquesa de Alba le aseguró que era "una monárquica de tomo y lomo", que tenía admiración por toda la familia real y que la entonces princesa Letizia lo estaba haciendo "admirable".