Festivales proliferan en un México con salas dominadas por el cine comercial

  • Paula Escalada Medrano.

Paula Escalada Medrano.

México, 16 nov.- Con las salas colapsadas por las películas comerciales, los festivales crecen año tras año y se han convertido en la mejor opción en México para ver ese cine menos popular, pero que cada vez más personas buscan.

"La cartelera comercial en México es muy pobre y está totalmente dominada por las películas norteamericanas", dijo a Efe el experto Jorge Ayala, quien cree que esta es una de las causas principales del "auge increíble" de los festivales de cine.

Solo este fin de semana se están celebrando simultáneamente tres festivales. En Querétaro (centro del país) el festival de animación Cut Out Fest, en Baja California Sur (noroeste) el Baja Film Fest y en Michoacán (centro) el de terror Mórbido Fest.

Según datos del informe del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) correspondiente a 2012, durante ese año se celebraron en México un total de 77 eventos cinematográficos, entre festivales y muestras de cine.

"Es una vía de salida a películas que durante muchos años no tuvieron otra manera de exhibirse", declaró a Efe el especialista en cine Edwin Culp, quien sostiene que los festivales enriquecen a las sociedades, pues pueden discutir las obras con los creadores.

"Las salas de cine no tienen espacio para que se estrenen este tipo de películas aquí en México, por lo que se requiere que cada región y cada género casi tenga su propio festival", explicó el también maestro del séptimo arte en la Universidad Iberoamericana.

Otro de los factores que influye en la proliferación de festivales, dijo, es el éxito que han tenido las cintas mexicanas en certámenes en el extranjero de la mano de directores como Amat Escalante ("Heli") o Carlos Reygadas ("Post tenebras lux"), que ha despertado "una necesidad de que estas películas se vean también en México".

Solo el pasado año se crearon ocho nuevos festivales en México, algunos como el Baja California Film Fest o el de la Riviera Maya llamados a convertirse en grandes eventos cinematográficos, como ya lo son los festivales internacionales de Guadalajara y Morelia.

Estos dos últimos son patrocinados por el conglomerado de salas Cinépolis, y es que, según Jorge Ayala, las grandes empresas participan como "una especie de mecanismo de compensación".

"Es una válvula de escape para lavar su dominio durante el resto de año. Con esto no se crea un público habitual, sino un público excepcional", explicó el investigador del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM.

Otros de los responsables de este auge son los gobiernos locales, quienes se han empeñado en crear y patrocinar estos eventos, viendo que también sirven para promover la imagen turística de un lugar, como es el caso de la Rivera Maya.

"Hay festivales que son solo relaciones públicas y escaparates y a veces hasta hay publico", bromeó Ayala, quien dijo que en algunos "lo que menos importa es que haya publico", y lo que más llenar las páginas de los periódicos con las estrellas que asisten.

Ambos críticos estuvieron de acuerdo en que nunca un festival suele ser negocio, porque con lo que se saca en las taquillas no llega para pagar todo lo que cuesta organizarlos.

Sí sirven para generar a su alrededor, además de la publicidad mencionada, una industria para fortalecer el sector de la cinematografía, ya que en la mayoría de las citas, además de exhibiciones de películas, hay encuentros de productores, exhibidores y críticos.

Aunque muchos festivales morirán en el camino, en opinión de Culp, la mayoría resistirá, siempre y cuando sepan encontrar su espacio y no pisarse los unos a los otros.

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