"Hasta aquí", el legado poético de Szymborska, la nobel polaca

  • "Sin embargo mi mayor problema es la palabra 'soy'"...escribió Wislaba Szymborska, la premio nobel polaca poco antes de morir, en febrero de 2012, en un poema de los trece que dejó inéditos y que ahora se publican en un volumen bajo el título "Hasta aquí", su libro infinito.

Carmen Sigüenza

Madrid, 24 jun.- "Sin embargo mi mayor problema es la palabra 'soy'"...escribió Wislaba Szymborska, la premio nobel polaca poco antes de morir, en febrero de 2012, en un poema de los trece que dejó inéditos y que ahora se publican en un volumen bajo el título "Hasta aquí", su libro infinito.

Publicado por Bartleby, la editorial que publicó "Aquí", el poemario que escribió Szymborska (Polonia, 1923-2012) tras recibir el nobel de literatura en 1996, y donde la belleza, el paso del tiempo, el amor, la niñez, la memoria o cualquier misterio de la vida cotidiana llenaban las páginas, siempre envueltas con su fina ironía.

Y temas que en su mayoría están también en "Hasta aquí", pero más depurados si cabe y donde se incluyen los ecos de los duros tiempos que le tocó vivir como deja reflejado en "El espejo".

"Si, recuerdo esa pared/de nuestra derruida ciudad/se levantaba casi hasta el sexto piso/en el cuarto tenía un espejo (...) Ya no reflejaba la cara de nadie/las manos de nadie arreglándose el pelo/ninguna puerta de enfrente/nada que pudiera ser llamado lugar...".

En edición bilingüe, el libro se completa con una entrevista del periodista y escritor Javier Rodríguez Marcos a los dos traductores de Szymborska Fernando Beltrán y Abel Murcia, quienes, además de haber traducido varios poemarios de la autora, tuvieron el privilegio de asistir a algunas de las reuniones que organizaba la poeta en su casa, con rifa y mucho sentido del humor, incluido.

"Fuimos en varias ocasiones a casa de Szymborska, dice los dos traductores, que aclaran que en alguna de ellas iban acompañados de periodistas que iban a entrevistarla, "algo que no llevaba muy bien" y citas en las que siempre quería estar rodeada de "alguien amigo o cercano".

Así, pasaron por su piso de Cracovia, Félix Romero ("al que le hizo suyo inmediatamente y se dirigía a él como el vikingo")-dicen los traductores- Xavi Ayén o el mismo Rodríguez Marcos.

Szymborska es una poeta "dificilísima de traducir", aclaran Beltrán y Murcia. "Y la gran dificultad radica precisamente en esa aparente sencillez y claridad", subrayan.

La poeta polaca cruzó casi todo lo acontecido en el siglo XX, y es una de las escritoras que se caracterizó por su compromiso cívico. En sus primeros libros reflejó algunas de sus inquietudes políticas, pero después se distanció de dogmas. Su compromiso, que lo tuvo, fue con lo social, con su crítica contra lo ridículo y superfluo de la condición humana.

Y cuando Javier Rodríguez Marcos les pregunta a los traductores por cómo esta vivió durante el periodo comunista, estos dicen que esa pregunta daría para escribir un libro entero.

"De hecho -aclaran- acaba de salir una magnífica biografía que da claves de los que fue su vida y que tenemos la tentación de traducir. En todo caso, las leyendas y anécdotas que corre en torno a la 'residencia de escritores' de la calle Krupnicza en Cracovia, donde nuestra poeta vivió en esa época son muy numerosas".

Después del Premio Nobel la poeta se trasladó al piso en el que pasó sus últimos años y al que asistieron sus amigos y traductores.

Mujer de pocas palabras, su producción no llegará a los 400 poemas, Szymborska siempre se fijó en la esencia de las cosas cotidianas para buscar la profundidad en ellas y hacerlas visibles.

Rilke venía a decir que el que se aburre en la vida cotidiana, porque le parece pobre, es que no es buen poeta por no saber apreciarla, y justo esto es lo que nunca le pasó a la premio nobel polaca Wislawa Szymborska, quien sublimó lo cotidiano, con humildad y humor para elevar al ser humano.

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