Karadaglic estrena en España el "Concierto de Aranjuez", un "rito de paso"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 23 oct.- El súperventas Milos Karadaglic ha tocado el "Concierto de Aranjuez", "un rito de paso" para cualquier guitarrista clásico y "una de las más bellas piezas compuestas jamás", de Los Ángeles a Tokio, de Múnich a París, pero le faltaba hacerlo en España, en Madrid, "el auténtico corazón" de esa música.

Karadaglic (Montenegro, 1983) interpretará mañana, pasado y el domingo en el Auditorio Nacional la pieza del maestro Rodrigo junto a la Orquesta Nacional de España (ONE), bajo la batuta de Ramón Tebar.

"He sido muy afortunado de poder tocarla con grandes orquestas y directores en todo el mundo, de Los Ángeles, Filadelfia y Chicago a Londres, París, Múnich Roma y Tokio", aunque la más especial de entre ellas, explica el músico en declaraciones a Efe, fue la primera, con la Filarmónica de Londres, dirigido por Yannick Nezet-Seguin.

Con ellos interpretó su último disco, "Aranjuez", que incluye el "Concierto de Aranjuez" y "La fantasía para un gentilhombre" de Rodrigo, y "Homenajes", la primera obra para guitarra de un gran compositor y la que marcó el renacimiento del instrumento, además de "Danza del Molinero", ambas de Falla.

"La Filarmónica de Londres tiene desde entonces un sitio muy especial en mi corazón. Son como una familia para mí. Yannick Nezet-Seguin es, simplemente, uno de los más emocionantes directores del mundo y un cañón de energía, que te hace creerte un solista invencible", alaba.

Sin embargo, al montenegrino le faltaba "la pieza final del puzzle", es decir, los conciertos de Madrid.

"Noto que estoy en el corazón de la música. Estoy emocionado, nervioso e increíblemente excitado ante mi debut con esta increíble orquesta y el maestro Tebar", subraya el artista.

Karadaglic sostiene que la música solo está de verdad viva cuando se interpreta en el escenario y que todo lo que sucede antes es solo "la preparación de ese momento".

"Un concierto en directo es un momento irrepetible en el tiempo y la interpretación se convierte en algo único, en la cosa más maravillosa", apostilla.

Cada audiencia, afirma, tiene "su propia energía, su propia atmósfera" y los artistas son "espejo" de ese espíritu: "la música que llega a través de ti en cada actuación no se puede repetir nunca más y es algo totalmente adictivo", resume.

Por eso, porque tiene el privilegio de experimentar semejantes sensaciones, el montenegrino se siente como la persona "más afortunada del mundo".

La verdadera música, añade, no nace del corazón o del cerebro, al menos no exclusivamente, sino de algo "más profundo, de la médula, del verdadero centro de la persona, donde no existe nada más que la extrema intensidad de los sentimientos".

Karadaglic, con contratos firmados hasta 2018, se fue de su país con 17 años para estudiar en el Reino Unido y obtener en la Royal Academy of Music de Londres, donde vive, su máster en interpretación.

Su primer disco, "Mediterráneo", lo publicó en 2011 y desde entonces viaja por todo el mundo dando conciertos en "catedrales" de la clásica, como el Festival de Lucerna o el Wigmore Hall.

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