Kaurismäki: "La humanidad no tiene futuro"

  • Fiel a la mirada pesimista de gran parte de su filmografía, Aki Kaurismäki, uno de los directores contemporáneos más influyentes, ha asegurado hoy que "la humanidad no tiene futuro" porque nos hemos convertido en "esclavos del capital".

Rosa Díaz

Barcelona, 21 ene.- Fiel a la mirada pesimista de gran parte de su filmografía, Aki Kaurismäki, uno de los directores contemporáneos más influyentes, ha asegurado hoy que "la humanidad no tiene futuro" porque nos hemos convertido en "esclavos del capital".

El realizador finlandés ha expresado estas desesperanzadas palabras en la entrevista que ha concedido a Efe durante su visita a Barcelona, donde la Filmoteca de Catalunya le dedica un ciclo, que se inauguró ayer y se prolongará hasta el próximo 28 de febrero.

"Estoy de acuerdo con Stephen Hawking. Las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial destruirán la humanidad. Ya toca. Tuvimos nuestra oportunidad como parte del planeta y la perdimos", ha asegurado el director nórdico.

"Es hora de irnos y nos iremos, lo siento por las abuelas", ha añadido Kaurismäki, en una frase nada arbitraria y muy acorde con la visión del mundo que se desprende de sus películas, donde la humanidad no tiene salvación, pero los individuos sí.

A pesar de lo que pueda desprenderse de sus palabras durante la entrevista, Kaurismäki no es un nihilista deshumanizado, al contrario, es un ser muy humano, que ha sabido retratar como pocos el rostro moderno del desamparo.

Sus personajes, a menudo obreros orgullosos y castigados por la vida, pasarán los próximos días por la pantalla de la Filmoteca de Catalunya, que ha seleccionado para este ciclo largometrajes como "Leningrad Cowboys go to America" o "La chica de la fábrica de cerillas".

También se podrá ver "Agárrate el pañuelo. Tatiana", un filme que Kaurismäki rodó en 1994 y que el propio cineasta ha señalado hoy como su preferido, porque "es el más relajado".

El realizador, de 57 años, ha atendido hoy a los periodistas sentado en la terraza exterior de la Filmoteca para poder fumar un cigarrillo tras otro, como es su costumbre.

Con su inseparable vaso de vino blanco siempre a mano, este infatigable bebedor ha recordado con añoranza sus años de cinéfilo en la Filmoteca de Helsinki, "donde se podía comprar alcohol y las botellas a veces rodaban por el suelo".

"Era mi universo y, en la sala, yo siempre estaba en primera fila. Seguiría siendo un aficionado al cine si el cine existiera, pero ya no hay cine, ahora tenemos a Hollywood", ha comentado con ironía.

El sentido del humor es una de las constantes en su cine, aunque se trata de un sentido del humor muy particular y expresado con laconismo.

Él mismo puede resultar lacónico y cortante en las entrevistas, como de hecho lo ha sido hoy con algunos periodistas, mientras con otros, inesperadamente, ha optado por desplegar su seductora personalidad.

El tipo de preguntas en las que se ha mostrado más expresivo han sido las de carácter político y social, especialmente las relacionadas con la inmigración, un tema que ha abordado en varias ocasiones en su cine.

En "Le Havre", su última película, los inmigrantes recién llegados a Europa aparecen limpios y bien vestidos porque su autor "quería mostrar que vienen a Europa vestidos con lo mejor que tienen, dispuestos a dirigirse al futuro. Ellos esperan respeto, pero Europa no ofrece respeto porque tenemos unos gobernantes que son unos bastardos", ha dicho.

"Le Havre" fue estrenada en 2011 y la anterior, "Luces al atardecer", en 2006, por lo que nadie espera que se ponga pronto manos a la obra. Como él mismo ha recordado: "Estoy retirado del cine... hasta la próxima vez".

No obstante, los periodistas le insisten y le preguntan qué le podría motivar a hacer otra película, a lo que hoy ha respondido: "No sé, quizás ver Europa llena de bosques, con conejos corriendo. Ese es mi sueño".

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