La "diada" de la rumba catalana, al asalto de Madrid con su "ventilador"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 17 oct.- Sus "popes", Peret y "El Pescaílla"; su religión, la parranda, y su arma, la guitarra en modo "ventilador". Cincuenta años después de su nacimiento, la rumba catalana da aún "repelús" a algunos políticos nacionalistas, pero está tan viva que tiene hasta "diada" propia, con la que asaltará el sábado Madrid.

Talleres de percusión y guitarra "ventilador" -un tipo de rasgueo que combina el ataque sobre las cuerdas con la percusión sobre la caja-, presentación de un estudio y actuación de varios grupos y del "mejor dj" de la "especialidad" son los ingredientes de la que será la primera "diada" rumbera fuera de Barcelona, una "gira" que culminará el 20 de diciembre en Zaragoza.

"La gente tiene que entender que es una música muy catalana, aunque sea en castellano, porque esa es la lengua que habla aquí mucha gente. Nació en una época que solo se cantaba en castellano, es verdad, pero eso no le resta catalanidad", defiende en una entrevista con Efe el secretario de la asociación que promueve la "diada", Martí Marfá.

Y así lo defienden, reconoce, ante "algunos" políticos, en especial de Unió Democrática, a los que la rumba catalana sigue dando "repelús", porque lo asocian a la eclosión del desarrollismo de los 60 y al franquismo.

"La rumba catalana arrastra una especie de estigma histórico del que cuesta desprenderse en algunos sitios, pero es que gente de cortas miras hay en todos sitios", apunta Marfá, que asegura que su asociación defiende "una catalanidad muy aperturista".

La Diada de la Rumba se celebró por primera vez en 2009 en Barcelona por empeño de la asociación Fomento de la Rumba Catalana (Forcat), que reivindica que la ciudad condal se queda pequeña para un arte nacido del talento de los gitanos más ilustrados de Barcelona, explica Marfá.

"Es muy interesante y curioso el caso de unos gitanos que están integrados, de un estatus social medio y medio alto y que, a pesar de lo que podría pensarse, se siguen reclamando gitanos", relata.

La rumba catalana participa de la música de raíz cubana, de los repertorios latinos y, a la vez, del flamenco heterodoxo, el periférico, "el más 'light' por decirlo de alguna forma, siempre muy al día de las modas, bebiendo de lo que suena en otras músicas, el pop y el rock incluidos".

Y eso ha sido así desde Peret (1935) y Antonio González "El Pescaílla" (1926-1999) hasta Los Manolos o Los Amaya, pasando por Javier Patricio "Gato" Pérez (1951-1990). "Todos se adaptaron a lo que era moda en su momento", sostiene Marfá.

La convocatoria de esta peculiar "diada" -día- surgió al mismo tiempo que la Forcat, que forman músicos y artistas vinculados "de una forma u otra" a la rumba, pero también coleccionistas e investigadores, como el mismo Marfá, de formación antropólogo, afanados en poner "la escena al servicio de la sociedad".

A la "diada" de Barcelona, que tiene el "inmenso privilegio" de que su presidente de honor sea Peret, asistieron el primer año 2.000 personas y en el último estaban ya por 3.000, muchas de ellas de fuera la ciudad que les reclamaban una celebración así en otros lugares.

La primera "diada" fuera de Barcelona se celebrará en las salas Olivia y Candela de la capital, además de en la librería El Bandido Doblemente Armado, donde se presentará el libro sobre la rumba que ha escrito el dj rumbero y presidente de Forcat, Txarli Brown.

A Madrid llevan "algo muy bueno". Al grupo La Málaga, payos jóvenes que hacen una rumba de estilo antiguo y muy clásico, y a Brown, un melómano que proviene de la música jamaicana y que ha rescatado para sus mezclas "auténticas joyas", detalla.

"La rumba catalana goza de muy buena salud, pero se limita a un formato: concierto de noche para público joven y adulto. Nosotros proponemos nuevos formatos y fórmulas para un arte tan grande", añade Marfá.

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