La OCNE otorga a Joan Guinjoan su Carta Blanca, "un honor de doble filo"

  • Dar "carta blanca" es otorgar discrecionalidad a alguien, todo un honor si la concede la Orquesta Nacional de España, pero también "un arma de doble filo", asegura su último titular, Joan Guinjoan, el compositor cuya música "ocupará" el Auditorio Nacional desde hoy hasta el 13 de marzo.

Madrid, 29 feb.- Dar "carta blanca" es otorgar discrecionalidad a alguien, todo un honor si la concede la Orquesta Nacional de España, pero también "un arma de doble filo", asegura su último titular, Joan Guinjoan, el compositor cuya música "ocupará" el Auditorio Nacional desde hoy hasta el 13 de marzo.

La Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE) tocarán en la que es su octava Carta Blanca -designación de un compositor para que éste elija las obras de su trayectoria artística que quiere que la formación interprete durante varios días- tres conciertos de cámara y dos sinfónicos.

El pianista, compositor, divulgador y director de orquesta ha explicado hoy a Efe tras asistir en la presentación del ciclo en el Auditorio que es "magnífico" que le "den" esta Carta Blanca, y que está muy contento, pero que, en medio del honor que es que se dé a conocer toda su trayectoria, también está expuesto a que haya quien piense "que todo suena un poco a lo mismo".

"Lo peor que le puede ocurrir a un compositor es plagiar, pero aún peor plagiarse a sí mismo. Tengo la confianza de que esto -los conciertos- se aguantará porque habrá variedad", se ríe el tarraconense (Riudoms, 1931).

El primero de los conciertos de cámara será interpretado hoy por el pianista José Menor en la Fundación Juan March, y los dos siguientes, en el Auditorio.

Los conciertos sinfónicos estarán dirigidos por Ernest Martínez Izquierdo, con Lluís Claret al violonchelo, y por Josep Pons, que interpretará piezas de Guinjoan y Ravel.

"Estoy muy tranquilo, otra cosa es cómo se lo tome el público", ha bromeado de nuevo el compositor, que no es capaz de definir su música: "Mejor escucharla".

"Es la música que he podido hacer. Lo único que puedo decir es que me gusta investigar, establecer un contacto conmigo mismo con la esperanza de que llegue a los demás y se produzca esa conexión mágica entre el compositor, el intérprete y el público", detalla.

No dirige ninguno de los conciertos, porque, revela, tendría que "hacerlo sentado". "Ya se ha pasado esa época, además siempre he sido como un complemento de director, no un director profesional", asume modesto.

De su elección este año como compositor residente en el Palau de la Música Catalana, la primera vez que se instituye allí esa figura, ha desvelado que ha puesto como condición que no le pidan "una gran obra".

"'No penséis que voy a hacer la Novena de Beethoven', les dije, y aceptaron que fuera una obra pequeñita para que la interprete el Orfeón. Estoy francamente contento y es un honor. Me parece un buen final de trayectoria", ha añadido.

La Carta Blanca -que la OCNE ya ha concedido, entre otros, a Osvaldo Golijov o Cristóbal Halffter- se complementa con una exposición en el Auditorio que repasa su biografía musical, iniciada cuando era un niño con el acordeón familiar y que continuó como pianista.

A mediados de los 60 puso fin a su carrera como instrumentista para dedicarse por completo a la composición y dirigir "Diabolus in Musica", frente a la que interpretó y estrenó algunas de las obras más destacadas del repertorio del siglo XX.-

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