Las películas fotográficas caducadas se ponen de moda entre los lomográfos

  • La películas que se emplean en las cámaras de fotos son productos químicos y, como tales, están sujetas a procesos de degradación como consecuencia de factores como la humedad, el calor y el inexcusable efecto que el paso del tiempo tiene sobre cualquier compuesto orgánico.

Txema Ruiz

Madrid, 3 abr.- La películas que se emplean en las cámaras de fotos son productos químicos y, como tales, están sujetas a procesos de degradación como consecuencia de factores como la humedad, el calor y el inexcusable efecto que el paso del tiempo tiene sobre cualquier compuesto orgánico.

La recuperación de estas películas en sus diversos formatos -blanco y negro, negativos de color y reversible (diapositiva) y en deferentes sensibilidades (Iso)- están de moda, gracias a la lomografía, un movimiento creciente de recuperación de la fotografía tradicional frente a la digital.

Una película caducada se puede usar perfectamente si ha sido conservada en las condiciones adecuadas, en un refrigerador o incluso en el congelador. Lo importante es que haya estado lejos de focos de calor y de humedad, que son sus peores enemigos, como los cambios bruscos de temperatura.

El frío seco es la mejor forma de que se retrase su degradación y aún es mucho más útil la congelación. Películas con 20 años de antigüedad puedan dar excelentes resultados.

Si se conservan en el congelador hay que dejar pasar unas tres horas a temperatura ambiente antes de colocarlo en la cámara, usarlo en su totalidad en el menor tiempo posible y revelarlo de forma inmediata.

Pero, evidentemente, el resultado es siempre imprevisible y hay que ser conscientes de ello para que las posibles sorpresas no se conviertan en decepciones.

Otra de las ventajas de las películas caducadas es que son bastante más asequibles que las que no lo están. Hay ofertas en muchas tiendas especializadas y, por supuesto, en la venta por internet donde se pueden encontrar verdaderas reliquias de marcas que ya ni siquiera existen.

Entre éstas hay algunas veteranas que fueron fabricadas en la Unión Soviética, como son los casos de Svema o Tasma, y la más conocida Orwo, de la extinta República Democrática Alemana, productos que ya entran en la categoría de verdaderas piezas de museo.

Algunos trucos: es mejor usar películas de velocidad baja (el ISO más bajo hasta 100); también se puede forzar y, por ejemplo, si se usa un ISO 200, se puede exponer como si fuera un ISO 100. Los resultados son mejores, porque se corrige la pérdida de sensibilidad.

En resumen, las películas caducadas, incluso si tienen muchos años, siempre que hayan sido bien conservadas, son perfectamente utilizables y una fuente de experimentación y creatividad.

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