Luque y Escribano argumentan con triunfo una mala tarde de Cuvillo en Granada

  • Los diestros Daniel Luque y Manuel Escribano cortaron tres y dos orejas, respectivamente, en el tercer festejo del Corpus granadino, en el que los toros de Núñez Cuvillo pusieron la nota negativa a la tarde, a pesar del jolgorio triunfalista del tendido con el sexto astado.

Granada, 21 jun.- Los diestros Daniel Luque y Manuel Escribano cortaron tres y dos orejas, respectivamente, en el tercer festejo del Corpus granadino, en el que los toros de Núñez Cuvillo pusieron la nota negativa a la tarde, a pesar del jolgorio triunfalista del tendido con el sexto astado.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Núñez del Cuvillo, justos de presentación, blandos y sin raza, a excepción del buen sexto, al que se le llegó a pedir el indulto, aunque, finalmente, fue reconocido con los honores de la vuelta al ruedo en el arrastre.

Manuel Jesús "El Cid", ovación y ovación.

Manuel Escribano, oreja y oreja.

Daniel Luque, oreja y dos orejas tras dos avisos.

La plaza tuvo más de media entrada en tarde soleada y de agradable temperatura.

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EL TUERTO EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS

El Cid mantuvo en pie como pudo a su primero, toro noble pero sin posibilidades de triunfo, al que consiguió ligar muletazos por alto por el pitón izquierdo, en una faena que apenas trascendió pese al esfuerzo del sevillano.

Se empeñó en alargar El Cid la aburrida faena al cuarto, otro toro vacío que no tuvo ni un pase, y con el que apenas dijo nada.

Escribano, que recibió a portagayola a su primero, se mostró variado y emotivo con las banderillas para, posteriormente, llevar a cabo una labor voluntariosa pero ayuna de continuidad por las pocas fuerzas y escasa raza de su antagonista.

De hinojos volvió a saludar al quinto, al que puso nuevamente banderillas con suficiencia. A pesar de las ganas de agradar que mostró en todo momento, la faena de muleta careció de armazón por culpa de la nula condición del "cuvillo", al que llevó sin forzar para taparle los defectos.

Luque llevó a cabo una primera faena de mucha disposición ante un astado ayuno de fortaleza, al que sujetó como pudo para recetarle algún que otro muletazo estimable dentro de una faena a la que le faltó rotundidad por lo poco que se prestó el burel.

El sexto, aún medido de fuerzas, fue el mejor del envío. Luque lo recibió con templadas verónicas, que calaron en los tendidos. Muleta en mano midió muy bien los tiempos el de Gerena en una faena ligada y templada, aunque sin alargar los muletazos por las justa fortaleza del toro.

Incomprensiblemente tanto el torero como el tendido trataron de buscar un indulto, totalmente desmedido, que el presidente decidió no conceder. Eso si, la vuelta al ruedo en el arrastre y las dos orejas que paseó Luque fueron muy aplaudidas. EFE

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