Oreja por coleta en la tarde de las ausencias en Vitoria

  • Álvaro Suso.

Álvaro Suso.

Vitoria, 6 ago.- Una oreja cada uno pasearon hoy los diestros Juan José Padilla, David Fandila "El Fandi" y Jiménez Fortes en el segundo festejo de La Blanca de Vitoria, una tarde marcada por las ausencias de última hora de Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera.

FICHA DEL FESTEJO.- Tres toros de Albarreal, segundo, tercero y cuarto, desiguales de presencia, deslucidos y descastados, y tres de Bañuelos, primero, quinto y sexto, anovillados y con muy poca fuerza.

Juan José Padilla: estocada baja (silencio); y estocada baja (oreja).

David Fandila "El Fandi": metisaca, pinchazo y estocada caída (ovación); y estocada atravesada (oreja).

Jiménez Fortes: estocada trasera (oreja); y dos pinchazos y estocada (ovación tras aviso).

La plaza tuvo un tercio de entrada.

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JIMÉNEZ FORTES, LO ÚNICO POSITIVO

Jiménez Fortes fue el único que toreó en Vitoria. Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera se cayeron del cartel alegando sendos problemas estomacales, a pesar de que el público pensaba más en cuestiones derivadas del poco público que se presumía. Por lo que fuera, ambos se ausentaron de una feria que necesita de mucha ayuda para que vuelva a tener enjundia.

Al final, aunque sea muy en el fondo debe de quedar algo de cordura. Salió Jiménez Fortes en el tercero y el espectáculo cambió. Fue otro. De la pantomima de Juan José Padilla y de la parodia de "El Fandi" se dio paso a algo verdadero.

El malagueño estuvo siempre decidido, desde las primeras verónicas con las que saludó al tercero. Y la faena de muleta nada tuvo que ver con las despegadas actuaciones de Padilla y "El Fandi".

Fortes citó cruzado, llevó al toro y le obligó en cada muletazo para llevárselo atrás. El arrimón final fue sincero y cortó una oreja. Lástima que el animal era un "novillito" tapado por los cuernos. En el sexto nada pudo hacer ante un inválido y deslucido toro de Bañuelos.

Sí vinieron sustitutos de la huida de Ponce y Perera. Acostumbrados a toreros que actúan con las cornadas sin cerrar, habrá que tener mucha fe para aceptar partes médicos con gastroenteritis. Los anunciados fueron Juan José Padilla y "El Fandi", que incluso gustaron al escaso público con sus puestas en escena, pero lo que se dice torear, es algo bien distinto a lo que hicieron ambos.

Padilla se midió a un inválido primero y a un auténtico cabestro que hizo cuarto, con el que insistió en competir por quién de los dos se ponía más veces de rodillas, si el torero o el descastado toro derrumbado al final de las tandas.

Faenas sin ningún criterio que acabaron con arrimones de cara al público y estocadas bajas. El jerezano pasó demasiados apuros, como si no estuviera con las facultades físicas necesarias.

El granadino, que repetía después de las dos orejas del lunes, se dedicó a hablar con el público, celebrar la música y no sé cuántos trucos más para enmascarar su lejanía en cada muletazo, todos rectos, hacia afuera, nunca ceñidos y siempre dando una carrerita ante cualquier apuro.

Toda esa puesta en escena, a veces cargada de la comicidad de las parodias, a punto estuvo de valerle un triunfo grande en su primero, pero falló matando. Esta vez se tiró tan abajo que acabó en un metisaca. EFE

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