Placido Domingo radiografía en Les Arts la infelicidad de Manon Lescaut

  • Plácido Domingo se puso hoy al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana para inaugurar la temporada de ópera 2014-2015 en el Palau de les Arts y ofrecer una versión de Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, con la que ha radiografiado la tormentosa infelicidad de la protagonista.

Valencia, 9 dic.- Plácido Domingo se puso hoy al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana para inaugurar la temporada de ópera 2014-2015 en el Palau de les Arts y ofrecer una versión de Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, con la que ha radiografiado la tormentosa infelicidad de la protagonista.

La pareja protagonista, la soprano uruguaya María José Siri (en el papel de Manon) y el tenor portorriqueño Rafael Dávila (como Renato Des Grieux) han debutado con buen pie en Valencia, con sendas interpretaciones que calaron entre los aficionados: ella por la versatilidad que le dio al personaje, y él por la exquisitez con la que transitó de estudiante seductor, a héroe ruin y finalmente a víctima de una locura.

En la dirección musical, Plácido Domingo estuvo gesticulante y meticuloso, aunque en algunos pasajes del primer acto imprimió tal fuerza a la orquesta que llegó a tapar a algunos cantantes, que tuvieron problemas para que la voz llegara con nitidez al público.

Ovacionado por un público no tan volcado como en otras ocasiones anteriores, Plácido Domingo realizó una dirección correcta, aunque le faltó esa pizca de genialidad para que su versión quedara en el recuerdo.

María José Siri, con voz de bien timbrada, resuelta en los registros altos y armoniosa en la franja intermedia, realizó una excelente disección del personaje: sumisa para ingresar en un convento, frívola cuando decide huir con Des Grieux, cegada por el lujo cuando opta por el viejo ricachón de Geronte y tremendamente humana cuando acepta resignada el destierro que le llevará a la muerte por ser fiel a su primer amor.

La soprano uruguaya estuvo especialmente emotiva con sus dos arias, "In quelle trine morbide" del primer acto, y, sobre todo, en el desesperado "Sola, perduta, abandonatta" del cuarto acto.

Dávila mostró también unas buenas credenciales. El portorriqueño, con facilidad para los agudos y una brillante coloratura, fue un conquistador impulsivo y un héroe ruin que no desdeña utilizar el juego para hacer fortuna, pero que exhibe toda su nobleza cuando pide a Manon que deje todas las riquezas y que, en ese definitivo viaje con él, sólo se lleve el corazón.

Entre los comprimarios destacó el bajo Stephen Milling, que, mostró su habitual solvencia, con un registro amplio y hermoso con el que plasmó un Geronte un tanto bufo que no dudada en denunciar a su esposa Manon por prostitución.

La versión presentada hoy en el Palau de les Arts es una producción del Teatro Regio de Parma, con dirección de escena de Stephen Medcaff y escenografía y vestuario de Jamie Vartan.

Con una ambientación de crónica de viaje, la escenografía resaltaba el sentido circular de la historia, con guiños a las películas del oeste en el primer acto (postes como horcas que hacían barruntar malos presagios) y óvalos que igual eran espejos barrocos (en el segundo acto) que se transformaban en rejas de una cárcel (en el tercero).

La desnudez del cuarto acto quedaba compensada con una iluminación que transportaba a los protagonistas del rojo infierno de un paisaje desértico de Nueva Orleans al verde esperanza de quienes han sido capaces de asumir la desgracia por un amor que les conduce inexorablemente a la muerte.

Con una temporada que parece que ha tocado fondo con los recortes económicos impuestos por la Generalitat y un exterior del Palau de les Arts con andamios en la fachada para reponer el trencadís caído hace medio año, esta Manon Lescaut estuvo dedicada a Lorin Maazel, el primer director musical del Palau de les Arts, fallecido el pasado verano.

Pese al reclamo de Plácido Domingo, la primera ópera de la temporada no llenó el aforo del Palau de les Arts. Entre los asistentes se encontraba la consellera de Cultura, María José Catalá, y el vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, imputado por el caso Nóos, que hoy mismo había conocido que el fiscal le exoneraba, aunque las acusaciones populares habían pedido para él once años de cárcel.

Mostrar comentarios