"San Francisco de Asís", un "chute" de alegría en forma de teología sonora

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 4 jul.- La única ópera que compuso el francés Olivier Messaien (1908-1992), "San Francisco de Asís", es energía, amor y libertad, un "chute" de alegría que, con fundamentos de teología sonora, iluminará desde el miércoles la espectacular cúpula "gótica" que el Real ha instalado en la Casa de Campo.

El intendente del Real, Gerard Mortier, encargó en 2007 a la pareja de artistas rusos Emilia e Ilya Kabakov un domo de 22 toneladas, repartidas en 13 metros de diámetro por 14 de altura, para el estreno del montaje que hizo la Trienal del Ruhr y ellos, entusiasmados con el resultado, decidieron comprarla.

Cuando Mortier, que ya había encomendado en ocasiones anteriores desde su puesto en la Ópera de París, el Ruhr y Salzburgo, a otros directores escénicos, llegó a Madrid quiso recuperar esa producción, de casi seis horas de duración -incluidas las pausas-, y los Kabakov le cedieron su cúpula.

Hoy, ellos; el director de la orquesta, el francés Sylvain Cambreling; el protagonista, el bajo barítono español Alejandro Marco-Buhrmester y el coreógrafo encargado de la "disposición escénica", Giuseppe Frigeni, han explicado los pormenores de una ópera que ha tenido que trasladarse al "Madrid Arena" de la Casa de Campo para que quepan la bóveda y los 261 intérpretes.

"Siempre nos preguntan por qué elegimos la cúpula como símbolo, si es que somos religiosos. No. Es porque es un símbolo de elevación espiritual y cultural, capaz de concentrar sentimientos y esperanzas. Es una ópera larga en la que no transcurren demasiadas cosas, una música difícil que tuvimos que escuchar 8 veces para comprender todo lo que tiene dentro", ha explicado Emilia Kabakov.

Los 1.400 fluorescentes que iluminan la cúpula cambian de colores al hilo de la música y las emociones de los personajes para combinar, "en la más pura escuela rusa", "sensaciones y sonidos".

"Lo más importante de las 4 horas y media de música y producción -ha apuntado Cambreling- es la fuerza que proporciona. Ese es el mayor regalo para el espectador".

La música de Messiaen, ha detallado Cambreling, que ya ha dirigido esta obra en otras 25 ocasiones, es "un lenguaje nuevo", no es "ni tonal ni dodecafónica, es distinta, aunque sí es francesa en el sentido de que se asemeja a Debussy o Berlioz".

Los pájaros -representados no sólo con los instrumentos de viento sino con presencia real- "tienen una gran importancia" en esta composición porque dan una constante "impresión de alegría y de libertad".

"San Francisco de Asís" es también el gozo que produce la calma, la contemplación, "una suerte de gran confianza en la naturaleza, en el hombre y en el amor", ha añadido Cambreling, que se pondrá al frente de la SWR, la Orquesta Sinfónica de Baden-Baden-Friburgo.

Frigeni ha explicado que estuvo dos días "desencriptando" con Cambreling la música para "capturar" el fraseo, los motivos vitales, y traducirlos en movimientos en el escenario.

"Queríamos -ha precisado- que fuera todo simplicidad, sin elementos que distrajeran o obstruyeran ese camino a la iluminación personal que es esta ópera".

En ese sentido, ha dicho, "el espacio vertical" diseñado por los Kabakov proporciona el túnel de luz que absorbe al espectador, mientras que en el "horizontal", en la tierra, los personajes se mueven por separado, creando distintos focos escénicos para que el público pueda "leer" la música como si se tratara de un "icono bizantino".

El protagonista, nacido en Basilea en 1968 aunque con pasaporte español, ha confesado que se trata de un "papel gigantísimo", con "un montón de palabras" en un idioma, el francés, que no domina: "me siento como un ordenador sin memoria suficiente", ha bromeado el artista, al que Mortier tuvo que persuadir para que aceptara porque creía que era demasiado joven para el rol.

"Estoy muy contento de haberle convencido", ha dicho Mortier, que asegura que la obra de Messiaen "es una ópera de hoy, que transfigura, que cambia a quien la escucha, llena de una nueva energía" que enfatiza la importancia de lo espiritual frente al consumismo.

Las puertas del "Madrid Arena" se abrirán los cinco días de representación a las 16:30 horas para permitir que los 4.500 espectadores diarios puedan ver allí una exposición sobre la "teología sonora" del "sacerdote" Messiaen.

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