Techo del Mirador de Lindaraja luce su armadura de madera y vidrio restaurada

  • El techo del Mirador de Lindaraja, una pequeña estancia situada en el norte de la sala de Dos Hermanas de la Alhambra y perteneciente al palacio de los Leones, construido por Muhammad V de 1370 a 1380, luce ya su armadura de madera con vidrios de colores tras la restauración a la que ha sido sometida.

Granada, 15 jul.- El techo del Mirador de Lindaraja, una pequeña estancia situada en el norte de la sala de Dos Hermanas de la Alhambra y perteneciente al palacio de los Leones, construido por Muhammad V de 1370 a 1380, luce ya su armadura de madera con vidrios de colores tras la restauración a la que ha sido sometida.

La intervención, dada hoy a conocer en rueda de prensa por la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca, ha durado un año y ha permitido recuperar esta pieza que, a modo de linterna cenital, está hecha a base de cristales de colores ensamblados con una estructura abovedada de madera.

El techo, el único de estas características que se conserva en el monumento nazarí, ha sido objeto de un arduo proceso de intervención que ha permitido corregir las patologías que presentaba, fundamentalmente suciedad superficial por la entrada de polvo y material orgánico, deformaciones, grietas, roturas y pérdidas del soporte de madera como consecuencia de la humedad y la lluvia.

Su recuperación, que ha costado algo más de 74.000 euros, permite hacerse una idea de cómo fueron los cierres y celosías de la mayoría de ventanas de los espacios palatinos de la Alhambra, según Villafranca.

Asimismo ha explicado que tras la intervención se ha dotado a este espacio de una iluminación especial de última tecnología para que el visitante pueda percibir la riqueza y el cromatismo de la bóveda tras su restauración.

El proceso de restauración acometido durante un año ha permitido además la consolidación material y estructural del techo, construido en madera de pino, de planta rectangular y con forma de artesa invertida, así como la datación de peinazos y arguete.

Sobre la documentación de los distintos tipos de peinazos (maderos), los investigadores han detectado 59 clases diferentes, han conocido el modo de ensamble y el sistema constructivo y han hallado dibujos, la mayoría preparatorios para la talla, tras las palmetas y piñas del friso.

Los restauradores han podido conservar en torno al 65 % de los vidrios que componen la armadura.

Aunque los vidrios no son originales, sino procedentes de una restauración que tuvo lugar en el siglo XIX, son los únicos de este tipo que se conservan en la Alhambra, según Villafranca.

Los originales están en el museo del monumento nazarí y han servido a los investigadores para cotejarlos con aquellos y conocer así la composición y tipo de coloración de los vidrios.

En concreto, los colores empleados fueron el incoloro, violeta, melado, azul y verde.

Los materiales empleados en la restauración, como el uso de fibra de vidrio, han reforzado las uniones de la madera y han añadido un mínimo peso a la estructura, mientras que el sistema reversible de pinza para la sujeción de los vidrios ha permitido la fijación de éstos sin necesidad de adherirlos al soporte de manera que permite el movimiento libre de los vidrios.

Mostrar comentarios