LA ALIMENTACIÓN CAUSA UN 24% DE LAS EMISIONES CONTAMINANTES EN EL PLANETA

- La ONU propone 12 maneras acabar con el hambre y detener los daños al medio ambiente. El actual sistema alimentario es responsable de un 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, el 60% de la pérdida de biodiversidad terrestre, un 29% de la sobrepesca de las poblaciones de peces comerciales y un 20% de los acuíferos sobreexplotados en todo el mundo.
Estos datos figuran en un informe coordinado por el Programa de las nacunies Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y realizado por el Panel Internacional de Recursos (IRP, por sus siglas en inglés), un consorcio formado por 34 científicos y más de 30 gobiernos, entre otros actores.
El estudio, presentado este miércoles en la II Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebra hasta el próximo viernes en Nairobi (Kenia), señala que debe revisarse “con urgencia” el sistema global de alimentación para luchar contra el hambre, utilizar los recursos naturales de manera más eficiente y cortar de raíz los daños al medio ambiente.
El informe indica que hace falta un cambio para que el sistema alimentario sea “inteligente en recursos” y cambie la forma en que se cultiva, cosecha, negocia, transporta, almacena, vende y consume la comida.
A pesar de que la producción de alimentos ha aumentado en todo el mundo, más de 800 millones de personas siguen pasando hambre, más de 2.000 millones sufren de deficiencias de micronutrientes (sobre todo vitamina A, yodo, hierro y zinc) y más de 2.000 tienen sobrepeso o son obesos, según el informe. Además, se espera que la presión sobre los recursos naturales aumente a medida que crece la población y la demanda de alimentos aumente.
“INTELIGENTE EN RECURSOS”
Para combatir estos problemas, el IRP dice que debe adoptarse un sistema alimentario "inteligente en recursos" bajo tres principios: bajo impacto ambiental, uso sostenible de los recursos renovables y utilización eficiente de todos los recursos.
Para ayudar a que el mundo tenga un sistema alimentario más sostenible, el informe incluye una lista de 12 recomendaciones clave para los gobiernos, las empresas privadas, la sociedad civil y los ciudadanos. Entre ellas están reducir la pérdida de alimentos y residuos; alejarse de los productos intensivos en recursos naturales, tales como la carne, "calorías vacías" y los alimentos altamente procesados, y conectar las áreas urbanas y las rurales, especialmente en las regiones en vías de desarrollo, donde los actores urbanos (por ejemplo, los supermercados) podrían invertir en las cadenas de suministro regionales y mejorar la posición de los pequeños productores.
Informar a los consumidores urbanos de cómo se producen los alimentos y cómo llegan a los platos, así como de las consecuencias ambientales de los hábitos dietéticos y de salud; proteger las zonas periurbanas alrededor de las ciudades y utilizarlas para la producción local de alimentos, disociar la producción de alimentos a partir de la utilización de recursos y los impactos ambientales, reemplazar ciertos insumos (como los plaguicidas) con los servicios del ecosistema y eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, que favorecen la producción y las prácticas insostenibles, son otras recomendaciones.
MÁS CONSUMO DE CARNE Y LÁCTEOS
Por otro lado, el informe recalca que el aumento de la riqueza en los países en desarrollo llevará a la población a adoptar dietas que más ricas en productos intensivos en recursos naturales (carne, pescado, frutas, verduras y alimentos altamente procesados) en un momento en que el cambio climático hará que la producción de alimentos cada vez más difícil.
A medida que aumenta el ingreso per cápita, las dietas de las personas cambian de una que es en gran parte rica en carbohidratos a otra rica en calorías, azúcares y lípidos, con más productos basados en la ganadería. En combinación con un estilo de vida cada vez más sedentaria, esto ha dado lugar a un fuerte aumento de la obesidad, según el informe.
El informe indica que el alto consumo de productos de origen animal y los alimentos altamente procesados disparan los costes ambientales, al tiempo que socava la salud pública debido a enfermedades relacionadas con la obesidad. Además, se espera que el consumo de carne de pollo de productos lácteos podrían aumentar en un 20% durante los próximos 10 años, mientras que el de carne de cerdo y carne de vaca también crecerán un 14%.
"Si no se hacen los cambios, la degradación del suelo, el agotamiento de los acuíferos y las poblaciones de peces y la contaminación del medio ambiente bajarán la futura capacidad de producción de alimentos", advierte el informe.

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