El asesor para la Paz Jesus Dureza ha contactado con el portavoz del grupo, Abú Rami, según una fuente cercana al caso, que ha preferido mantenerse bajo el anonimato.
El grupo había exigido 300 millones de pesos --algo más de 5,7 millones de euros-- por el noruego, al igual que había exigido por los otros rehenes. Rami había dicho anteriormente que el grupo tenía conocimiento de que el rescate por el noruego estaba a punto de ser enviado y que simplemente lo estaban esperando, y advirtió de que en caso de no llegar, el rehén sería ejecutado.
"Lo ejecutaremos cuando queramos, y esta vez esconderemos la cabeza", había afirmado, según recoge el diario filipino 'Inquirer'. Hasta este lunes por la noche, no hay ningún anuncio de la ejecución del secuestrado.
Sekkingstad es el único que queda en manos del grupo de las cuatro personas que fueron secuestradas el pasado 21 de septiembre en Dávao del Norte. Los canadienses Robert Hall y John Ridsel fueron ejecutados en junio y abril, respectivamente, al negarse Ottawa a pagar su rescate.
Por su parte, la cuarta rehén, la filipina Marites Flor, fue liberada el pasado 24 de junio, aunque los detalles sobre su liberación aún son inciertos.
Este mismo lunes, el noruego pidió ayuda a los Gobiernos noruego y filipino para su liberación, en una entrevista telefónica con la emisora filipina Radio Mo. "Es muy duro y peligroso estar aquí", afirmó.
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