Según informaron desde la expedición, Txikon, que había iniciado la expedición el pasado 25 de diciembre, aseguró que "habría sido un suicidio continuar hacia delante", ya que han tenido que soportar en las últimas horas vientos racheados de 70 km/h y temperaturas invernales extremas (40 grados bajo cero y una sensación térmica de -50ºC).
Unas condiciones que, según las previsiones, hubieran sido aún más desfavorables, ya que los vientos llegarían a alcanzar los 115 km/h, esta vez acompañados de precipitaciones de nieve con claro riesgo de aludes. "Como responsable de la expedición, no puedo poner en peligro la vida de mis compañeros y la mía propia", afirmó el alpinista vasco.
Desde el lunes, el vizcaíno y su equipo se encontraban en el puesto C2 (a unos 6.400 metros), pero decidieron sucumbir ante la idea de ascender hacia el C4 (situado a 8.000 metros) y regresar al campo base del Everest.
"Creedme que para mí es más difícil la decisión de bajar al Campo Base que la de subir al C4. Este año no ha podido ser; esta montaña en invierno ofrece, mucho, mucho respeto y tampoco debemos cometer locuras que luego no podamos contar. Lo cierto es que el Everest, no se va a mover de sitio; habrá más oportunidades y entonces yo volveré de nuevo a intentando de la manera más pura", añadió.
Se espera que Alex Txikon vuelva en los próximos día hacia la capital de Nepal, Kathmandu, donde descansará unas jornadas y aterrice en el aeropuerto vizcaíno de Loiu la próxima semana.
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