Atentado con coche bomba y disparos en hotel de la capital de Somalia

Los islamistas somalíes shebab reivindicaron un ataque con coche bomba el miércoles contra el hotel Ambassador, en el centro de la capital, que causó un número indeterminado de víctimas, y un posterior ataque al interior del edificio.

El coche "explotó en el hotel Ambassador (...) donde se alojan varios parlamentarios" que eran "el objetivo", declaró a la AFP una fuente de los servicios de seguridad, quien agregó que tras el atentado se produjo un ataque y seguían los "combates con arma de fuego".

"He visto muchos cuerpos en el exterior del hotel, pero no sabemos cuántas personas están dentro ni el número de víctimas en el interior", explicó a la AFP Ibrahim Sheik Nur, un testigo.

"Las fuerzas de seguridad están ahora en el interior y toda la zona ha sido acordonada", añadió la misma fuente.

Otro testigo, Mohamed Elmi, aseguró haber visto "siete cuerpos, la mayoría carbonizados". Según él, la explosión fue "muy fuerte".

"El ataque se inició con una fuerte explosión y combatientes muyaidines entraron al edificio", afirmaron los shebab en un comunicado publicado en internet. "Los combates siguen en el interior del hotel", agregaron.

Una fuente de seguridad indicó a la AFP que la explosión ocurrió a las 17H40 locales.

Un periodista de la AFP en el lugar informó que se seguían escuchando disparos esporádicos provenientes del hotel.

Varias fuentes coincidentes indicaron que los atacantes eran tres: uno de ellos murió fuera del hotel y otros dos lograron entrar.

"Un coche bomba tuvo como objetivo el hotel, han muerto civiles", confirmó un responsable de seguridad somalí, Abdirasak Ahmed.

Los shebab, afiliados a Al-Qaida, juraron tumbar al gobierno somalí, apoyado por la comunidad internacional y defendido por Amisom, la fuerza de la Unión africana, compuesta por 22.000 hombres.

La Amisom, gracias a su mayor poder militar, había sacado a los shebab de Mogadiscio en agosto de 2011.

Aunque han perdido la mayoría de sus bastiones, los shebab controlan todavía vastas zonas rurales desde donde realizan operaciones de guerrilla y otros atentados suicidas, a veces hasta en la capital.

En los últimos meses aumentaron los ataques sangrientos contra restaurantes y algunos hoteles conocidos de Mogadiscio.

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