Por este motivo, se han intensificado las inspecciones previstas en el Plan de Gestión del Arbolado.
Con estas inspecciones se quiere determinar qué unidades requieren una poda de reformación y cuáles deben ser talados atendiendo a los daños en viviendas provocadas por las raíces.
En general, la población de olmos de Palma está muy envejecida y puede suponer riesgos por caídas de ramas o daños a terceros provocados precisamente por las raíces.
Además, la carencia de lluvias de los últimos meses también ha contribuido a la sequedad y pérdida de flexibilidad de ramas y troncos. Por este motivo se ha programado la sustitución a medio plazo de esta especie.
A partir de las inspecciones se han previsto podas de reformación en 59 ejemplares. También se han tenido que eliminar siete ejemplares (cinco por riesgo y dos por responsabilidad patrimonial), los dos últimos en la calle de Miquel Capllonch, esta misma semana.
Palma tiene una población de olmos de 2.981 unidades, del total de 56.687 árboles en alineaciones viarias y zonas verdes.
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