En estos nueve años se siguió en Barcelona a un total de 4.000 personas, de las cuales un 0,25% --12-- fueron hospitalizados, un porcentaje inferior al que se registra en otras ciudades, como Nueva York, donde llega a un 1% del total, ha informado este martes la ASPB en un comunicado.
Esta medida, que tiene carácter "excepcional", persigue la curación completa del paciente y que no haya nuevos contagios, y el programa ha permitido que las tasas generales de curación al cabo de un año sean del 95%.
El tratamiento dura normalmente seis meses, y comporta tomar diariamente varias píldoras, pudiendo recuperar la actividad habitual en pocas semanas, mientras se sigue cumpliendo la pauta farmacológica.
Estas actuaciones, basadas en un consistente ordenamiento jurídico, "han permitido evitar muchos contagios del bacilo de la tuberculosis, ayudando a controlar la expansión de la enfermedad", de declaración obligatoria en Catalunya en el momento del diagnóstico.
Hay rasgos comunes en los diferentes casos que comportaron internamiento forzoso, como la negativa del paciente a recibir tratamiento, el riesgo de pérdida del contacto asistencial, la existencia de otras enfermedades concurrentes, el riesgo de empeorar el diagnóstico, la situación de vulnerabilidad de la persona, y la presencia de otros factores de riesgo.
La ASPB ha recordado que la tuberculosis puede afectar a cualquier persona, pero está directamente relacionada a condiciones de vulnerabilidad social, pobreza y malas condiciones de vida: la tasa de 2014 fue de 18,6 casos por 100.000 habitantes, similar a la de grandes ciudades europeas y por debajo de Londres y Milán.
El 17 de marzo Barcelona acogerá el acto central para conmemorar el Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra anualmente cada 24 años.
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