"Hemos actuado sin precedentes para evitar este problema humanitario tan urgente", ha anunciado el jefe del CICR en Ucrania, Alain Aeschlimann.
"Es una medida de recurso provisional, no una solución sostenible. Solo una solución política puede resolver este problema. Si no se hace nada, las personas que viven en el área afectada, tendrán que hacerse frente a los duros inviernos de la zona sin calefacción ni agua", añadió Aeschlimann.
Durante una semana, las estaciones de agua localizadas en las áreas controladas por el Gobierno en la región de Lugansk, no han tenido suministro de electricidad debido a los impagos de las facturas y, por ello, han dejado de funcionar. Mantener el suministro de agua en hospitales, colegios, orfanatos e intituciones sociales, es vital según el organismo. Esta situación, ha precisado, podría hacer que las tuberías se congelaran y llegaran a romperse, evitando que el agua pase por ellas.
En el último año, el Comité Internacional de la Cruz Roja se ha encargado de rehabilitar las tuberías y suministrar químicos para potabilizar el agua. En las áreas de Lugansk no controladas por el Gobierno, el CICR ha proporcionado tuberías sumergibles para rehabilitar los daños de la infraestructura.
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