HOY SE CUMPLEN 30 AÑOS DEL ACCIDENTE NUCLEAR DE CHERNÓBIL

- Cinco millones de personas viven en las zonas contaminadas. Este martes, 26 de abril, se cumple el 30º aniversario del desastre de Chernóbil, ocurrido en la central nuclear 'Vladimir Ilich Lenin', a tres kilómetros de la localidad hoy abandonada de Prypiat (Ucrania). Está considerado como el accidente nuclear más grave de la historia junto con el de Fukushima (Japón), en marzo de 2011. Actualmente, cerca de cinco millones de personas residen en lugares declarados oficialmente contaminados.
Ese día se produjo la fusión del núcleo del reactor de la unidad IV de la central, al parecer durante unas pruebas para simular un corte de suministro eléctrico. La tapa del reactor, con un peso mayor a las 1.000 toneladas, salió disparada por los aires y la explosión provocó una nube radicativa que viajó por Europa y parte de Asia.
La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima (Japón) en 1945, mató de forma directa a 31 personas y forzó a la URSS a evacuar a otras 116.000.
Tras el accidente, que provocó una multitud de casos de enfermedades y malformaciones derivadas de la exposición a la radiactividad de todos los seres vivos de las inmediaciones, se descontaminó el lugar y se aisló un área de 30 kilómetros alrededor de la central nuclear, conocida como 'zona de alienación'.
RELATO DE UNA VÍCTIMA
Los efectos de la radiación aún persisten mientras la población ha sido abandonada a su suerte, según Greenpeace, que pide a la industria nuclear que “mire más a los ojos de las víctimas y menos a su cuenta de resultados”.
Greenpeace ha invitado a España a una de las supervivientes, Svitlana Shmagailo, una maestra de 42 años que vive en una aldea cercana a la central.
“Los niños que viven en la zona afectada por el accidente de Chernóbil, como mi aldea, sufren numerosos problemas de salud y yo no quiero que eso suceda aquí en España. Por eso pido que se cierren las nucleares”, comenta.
Greenpeace denuncia que las autoridades no han querido realizar una recopilación completa de los datos relacionados con la exposición a la radiación y las consecuencias para la salud, y apunta que los estudios en los últimos 30 años en la zona de Chernóbil demuestran que las tasas de mortalidad son más altas que las del resto del país, las de natalidad más bajas y ha aumentado la incidencia del cáncer y de los problemas de salud mental.
“La contaminación es algo con lo que vive la población y está cada cosa que comen o beben, en la madera que utilizan para las construcciones o para calentarse. Hoy, más de cinco millones de personas viven en áreas consideradas oficialmente contaminadas y un millón vive en asentamientos donde se exceden las dosis de 1 mSv (milisievert) por año”, afirma.
Greenpeace subraya que "la situación del reactor nuclear que explotó todavía no ha sido determinada ni la cantidad total de radiación liberada por el accidente ni la cantidad exacta de combustible nuclear que permanece en el reactor".
"Podemos concluir que, incluso 30 años, después el reactor dañado aún plantea peligro y una solución real a esta situación resulta improbable, a la vista de las condiciones técnicas y económicas existenten", apunta.
ANIMALES SALVAJES SÍ, PERSONAS NO
Treinta años después, un equipo de científicos de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) ha comprobado que poblaciones de fauna silvestre abundan en los alrededores de Chernóbil mientras escasea la presencia humana en la zona de exclusión, que abarca tierras fronterizas de Ucrania y Bielorrusia afectadas por la lluvia radiactiva del accidente.
La investigación, publicada en la revista ‘Frontiers in Ecology and the Environment’ y recogida por Servimedia, se realizó durante cinco semanas con 30 cámaras en 94 sitios. Una cámara remota se colocó en una estructura de árbol durante siete días en cada lugar. Cada estación estaba equipada con un olor ácido graso para atraer a los animales.
El equipo documentó todas las especies capturadas en las cámaras y la frecuencia de sus visitas, específicamente carnívoros debido a su jerarquía en la cadena alimentaria, lo que les expone a recibir más contaminación no sólo de la presa de la que se alimentan, sino también directamente del medio ambiente a través del suelo, el agua y el aire.
Así, vieron a 14 especies de mamíferos en lo filmado por las cámaras. Los más frecuentes fueron el lobo gris, el jabalí euroasiático, el zorro rojo y el perro mapache, especies que se encuentran en el este de Asia y en Europa. Todos ellos fueron observados cerca de las estaciones o dentro de las áreas más altamente contaminadas.
‘DESENCHÚFATE DE LA ENERGÍA NUCLEAR’
Por otro lado, Ecologistas en Acción ha lanzado una compaña titulada 'Desenchúfate de la energía nuclear', en la que insta a la ciudadanía a modificar su consumo eléctrico para que no tenga aportación nuclear.
"La única forma de evitar futuros accidentes como los de Chernóbil o Fukushima es proceder al cierre escalonado de centrales nucleares lo antes posible. Para ello, proponemos a la ciudadanía que tome las medidas que permitan acometer este cierre procediendo a 'desenchufarse' de la energía nuclear", indica la ONG.
La propuesta de la campaña son medidas de ahorro y eficiencia sencillas como la mejora del aislamiento de las viviendas, la instalación de dobles vidrios en las ventanas, el uso de luz natural siempre que sea posible y la incorporación de 'leds' en la iluminación, la instalación gradual de electrodomésticos eficientes cuando los antiguos se vayan estropeando y, finalmente y de forma general, la asunción de unos hábitos de consumo austeros.
Además de estas medidas, Ecologistas en Acción propone el cambio de la comercializadora de electricidad actual por otra que venda energía de origen renovable certificada.

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