Unas 9.000 personas murieron en el terremoto de abril de 2015 que destruyó un millón de hogares, monumentos y otras infraestructuras, pero la reconstrucción ha sido lenta y la atención del Gobierno se ha visto desviada por una prolongada crisis política.
Unas 2.000 personas estaban viviendo en las alrededor de 440 chozas improvisadas de bambú y plásticos en un terreno en el centro de Katmandú, negándose a regresar y reconstruir sus viviendas, según un responsable.
Los campamentos estaba previsto que sirvieran de refugio temporal para los supervivientes del peor desastre natural vivido por el país en casi un siglo, según Nath Dawadi, un alto cargo municipal de la capital. "Deberían coger el dinero dado por el Gobierno y reconstruir sus casas ahora", ha sostenido.
Pero, según cifras gubernamentales, solo se han reconstruido 76.000 viviendas y 553.000 familias han recibido la primera partida de los casi 500 millones de dólares en ayuda para la reconstrucción. En total, más de 600.000 familias se vieron afectadas por el terremoto, cada una de las cuales debe recibir 2.000 dólares de ayuda.
"No tengo ninguna casa propia que reconstruir y no puedo encontrar ninguna habitación que alquilar a la que moverme desde el campamento", ha subrayado Bimal Dulal, de 52 años y que vivía en el mismo desde 2015.
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