En el trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Nature Genetics' se analizaron los datos procedentes del ADN de más de 380.000 personas y en ellos encontraron 38 variaciones genéticas asociadas a estos factores, si bien se desconoce el alcance de esta contribución. La mayoría de los genes señalados están implicados en el desarrollo cerebral y neuronal.
Un ejemplo de este hallazgo es una variante genética encontrada en el gen CADM2, que controla la actividad cerebral y que también se ha asociado con una personalidad más proclive a correr riesgos, además de con la precocidad sexual y un mayor número de hijos.
Además, los resultados muestran que la pubertad --cuya media de edad ha decrecido de los 16,6 años en 1860 hasta los 10,5 años en 2010, según un estudio publicado en 'Pediatrics'-- también está determinada por variaciones en la secuencia del ADN.
Del mismo modo, y como sugerían trabajos previos, existe una sincronización entre la edad de maduración sexual y la de inicio de las relaciones sexuales, una relación que está mediado por los genes.
"Anteriores estudios asociaron la edad a la que se inician las relaciones sexuales con factores sociales. Pero este es el primer estudio de gran tamaño que ha tenido en cuenta los genes y la biología", ha explicado a la agencia 'Sinc' John Perry, investigador de la Unidad de Epidemología y uno de los autores.
A través de un estudio de aleatorización mendeliana --método analítico para determinar relaciones causales-- se analizaron datos genéticos procedentes del biobanco británico de 59.357 hombres y 66.310 mujeres de edades comprendidas entre los 40 y 69 años.
De la muestra, 18 años fue la media de edad a la que, tanto las mujeres como los hombres, se habían iniciado en las relaciones sexuales. La media de edad a la que las mujeres tuvieron su primer hijo fue de 25 años.
Después replicaron los resultados en 241.910 hombres y mujeres de Islandia, y en 20.187 mujeres estadounidenses sanas de más de 45 años con antepasados europeos. Así, encontraron que la edad de iniciación al sexo y la edad del primer parto tienen un componente genético moderado, y que ambas están correlacionadas de manera independiente con el inicio de la pubertad.
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