Según ha informado Endesa en una nota de prensa, los procedimientos para el tratamiento de este tipo de residuos vienen definidos por el Sistema de Gestión Ambiental (SGMA) de la compañía, que establece los procedimientos para dar cumplimiento en la legislación vigente.
En concreto, esta gestión se tiene que realizar mediante transportistas autorizados que los destinan finalmente a gestores e instalaciones autorizadas por el tratamiento final del residuo.
La gestión de estos residuos se ha llevado a cabo en las instalaciones que Endesa tiene habilitadas a las tres islas, desde donde los residuos se entregan a gestores especializados.
Endesa ha destacado que se prioriza el aprovechamiento del residuo por parte de los gestores a través del reciclaje, "dejando como último recurso la eliminación controlada cuando no es posible su reutilización".
RESIDUOS PELIGROSOS
En el conjunto de Baleares, de las 148,2 toneladas de residuos ya mencionadas, se han gestionado 116,2 toneladas de residuos calificados de peligrosos.
Además, la producción de residuos peligrosos se distribuye en 17,4 toneladas en Ibiza y Formentera, 1,1 toneladas en Menorca y 97,6 toneladas en Mallorca.
Por tipo de residuo, los más significativos han sido las 70 toneladas de transformadores, 3,3 toneladas de aparatos electrónicos y 0,85 toneladas de aceite mineral usado y eléctricos, entre otros.
Según Endesa, esta gestión es fruto de la política ambiental de la empresa que "se fundamenta en la sostenibilidad para reducir, tanto como sea posible, las repercusiones que el suministro eléctrico puede tener sobre el medio ambiente".
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