"Hay que atender a los familiares que se ocupan de personas con demencia que necesitan ser felices. Sin las familias sería imposible sostener las consecuencias sociales de lo que podemos considerar como una epidemia", ha apostillado.
Y es que, la demencia afecta al entorno del paciente, en el que se encuentran el cuidador y los familiares, quienes juegan un papel clave tanto en la detección como en las distintas fases de evolución. En este sentido, el experto ha recomendado practicar el pensamiento positivo, adoptar hábitos de vida saludable y evitar el aislamiento social como las actitudes clave para asumir la responsabilidad de cuidar a un familiar con demencia.
Y es que, según datos de la Encuesta Sanitas 2015 sobre familiares que cuidan de personas con Alzheimer en España, cerca del 50 por ciento de los familiares que desempeñan este rol padecen el denominado 'síndrome del cuidador' en menor o mayor grado, caracterizado por malestar general, alteraciones del sueño, cefaleas, anemia, alteraciones en huesos y músculos, estrés, ansiedad, tristeza, sentimiento de culpa o aislamiento social.
"Desde el punto de vista emocional, es normal que los cuidadores se vean desbordados y experimenten sentimientos de tristeza, soledad o culpabilidad. El estrés emocional es comprensible. Por eso, aunque es aplicable a todas las esferas de la vida, en este ámbito es aún más necesario fomentar y practicar una actitud positiva", ha zanjado Stokes.
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